1.
A.H.N. ms 996B (Liber Privilegiorum Ecclesiae Toletanae I), f. 35rv. 1221,
noviembre 30. Toledo: "De tribus castellis scilicet Sancta Crux, Mira, Serriella quos
E. garsie tenet ab ecclesia toletana". Publicado por Ramón Paz: "Un nuevo feudo
castellano", en Anuario de Historia del Derecho Español, V (Madrid 1928), pp.
445-448. Resumido y corregida la fecha a partir del documento original del Archivo de la
Catedral de Toledo (E.12.O.1.3) por Francisco J. Hernández: Los cartularios de Toledo.
Catálogo documental (Madrid 1985), doc. 398.
2. Anales Toledanos I en A. Huici
Miranda: Las crónicas latinas de la Reconquista (Madrid 1913), p. 356. En Anales
Toledanos II la fecha es 1220, pero para el catálogo de los jueces de Cuenca "la de
Requena" tuvo lugar en octubre 1219 - octubre 1220; San Martín es el 11 de
noviembre, de 1219 por tanto. Rada entró por la "part de Aragon" porque en
tierras castellanas se observaban las treguas con los almohades; la cifra de cruzados debería leerse acaso como doce mil. El Papa recibió con alegría
("letanter accepimus") esta incursión (Javier Gorosterratzu: Don Rodrigo
Jiménez de Rada, Pamplona 1925, doc. 74) en 1220, tres meses después de la afectada y
virulenta carta que envió a Rada en pleno sitio de Requena (id., doc. 72 de 26-X-1219)
censurando su incumplimiento de los acuerdos del concilio de Letrán. Otro documento papal
(id., doc. 71) muestra que Sancho el Fuerte proyectó ir a esta cruzada.
3. Pero topónimos con el nombre de
la cruz aparecen en Guadalajara y en el sur de Teruel con aspecto mozárabe: Alcoroches,
Santa Croche, Valacloche; en Aragón, Vanaclocha.
4. Gerardo González García:
Noticias de Moya (Moya 1889, ms. del Archivo Dicesano de Cuenca), pp. 290-294.
González copia un traslado de 26-VIII-1737 (realizado con ocasión de un litigio sobre
Sierra con el cura de Talayuelas), que a su vez transcribe el traslado autenticado hecho
en Cuenca a 5-IX-1415 por el deán Guillermo Barral de una bula del Papa Luna (Valencia,
1408) confirmando una carta en romance del obispo Juan dada en Pareja a 7-II-1406. En la
carta se dice: " ...por cuanto Nos hicisteis cierta informacion en como vos los
dichos Arcipreste y Clerigos del dicho Cabildo los vuestros antecesores de luengo tiempo
aca obisteis Collacion y gracia de la Sierra de dicha Villa e de la Casa de la Rada, de la
Allaton, e de los pagos con Avendon, e Figueruela termino de la dicha Villa de
Moya...". De sur a norte en término de Santa Cruz tenemos a Higueruela (el único de
los lugares que sigue poblado) después a Abendón (junto al arroyo y al cerro de su mismo
nombre), a continuación Rada (en el paraje de La Rá y bajo el Risco de la Rada, actualmente en el exacto límite entre Landete y Santa Cruz, como su
nombre (rada, frontera) parece indicar, y más al norte Ayatón (en las
inmediaciones del Barranco del Ayatón). No sabemos nada sobre Los Pagos, nombre anodino
que se ha perdido completamente. Las coordenadas aproximativas de los despoblados (U.T.M.,
hoj. 26-25 del 1:50000) son: 30SXK525188 (Abendón), 30SXK464225 (Rada) y 30SXK455255
(Ayatón). Con la propia Santa Cruz, se trata de la casi totalidad del término municipal
al oeste del Turia.
5. Gerardo González García: o. c.,
pp. 117-124, traslada un "Libro de advertencias y costumbres en la pesquisa de los
cahices del Marquesado" que describe la jurisdicción de Sierra. Había diezmos de
Sierra en Alcalá de la Vega, Salvacañete, Zafrilla, Henarejos, Aliaguilla, Talayuelas,
Los Huertos y Moya. Todos esos lugares lindan o son muy próximos
a otros del antiguo obispado segobricense, salvo Los Huertos y Henarejos. Cada año
el abad mayor saliente de Moya recibía la abadía de Sierra, carente de parroquia propia.
Eran feligreses de Sierra todos los residentes temporales en Moya y los que a los nueve
días de establecerse "animo permanendi" no se habían inscrito en ninguna
parroquia. También los vecinos de Santa Cruz (lugar moyano del obispado segobricense) que
sin ser feligreses de las parroquias moyanas tienen propiedades en Moya (pp. 227-228,
"Constituciones del modo de diezmar", 30-VII-1698). Los vecinos de Santa Cruz
con tierras en Moya darían cuenta de las excepciones que en este beneficio suponen las
heredades en Los Huertos y Henarejos. La constitución XXXII (pp. 234-235) pone como
ejemplo de suelo de Sierra cualquier tierra moyana propiedad de vecinos de Negrón, en el
Rincón de Ademuz. Los rasgos de enclave forastero en Moya que tiene la Colación de
Sierra son congruentes con el origen último que le suponemos: reajustes que modificaban
la línea fronteriza sin afectar a la propiedad privada de la tierra.
6. No se sabe si Rada fomentó o
apoyó la campaña que contra García, tercer obispo de Cuenca,
levantó el arcediano de Huete con acusaciones de desgobierno, simonía,
incontinencia, brujería, pacto con la muerte e inmunidad al fuego. La campaña del
arcediano comenzó en 1216; pero fue atendida en Roma en diciembre de 1217 y el pleito de
Rada con García se incoa en enero de 1218; García es el único obispo mencionado en
Planeta, la obra de Diego García de Campos escrita en 1218 que contiene graves insultos
genéricos al obispo castellano junto con un panegírico de Rada. Diego de Campos,
canciller real aficionado a los juegos numerales, dice que García gobernó su diócesis
"per novem annos continuos minus decem", frase que interpretamos como que
"gobernó nueve años seguidos si le restas diez", es decir, que nunca gobernó
(fue elegido en 1208). Por tanto, probablemente sea este prelado conquense el innominado
obispo que es como un "aljibe de ineptitud (¿alusión al desgobierno?), almacén de
odio, templo de tristeza y trono de avaricia (la acusación de simonía), y pozo de
falsedad y mar de vicios muertos al modo del peor rufián (¿la incontinencia?)". En
1221 se desestimaron los cargos contra García de Cuenca, que en 1222 recibió la alabanza
del papa. El asunto lo trata con detalle, conjeturando con fuerza la tesis de la
conspiración, Peter Linehan: The Spanish Church and the Papacy in the Thirteen Century
(Cambridge 1971), pp. 12-14.
7. Santa Cruz acompañó en sus
vicisitudes a la diócesis segobricense, donde aparece en documentos de 1232, 1277 (entre
las iglesias usurpadas por el obispado de Valencia) y 1381; en la desmembración del siglo
XVI optó por Segorbe como sus vecinos del Rincón de Ademuz. A Segorbe ha pertenecido
hasta mediados del siglo XX, en que pasó a Cuenca.
8. Rada pleitea "super
restitucione iuris diocesani in villa que dicitur Moia cum terminis suis quam me dicebam
per eundem episcopum expoliatum" (Hernández, o. c., doc. 390, p. 348).
9. AHN, OM de Santiago. Hospital de
Cuenca, Caj. 99 nº 19: donación de molinos "in termino de la parra" y "in
la peralega" al cabildo de Cuenca por "A.", arcediano de Moya. "Facta
carta sub era MCCLVIIII". Este A. debe de ser el Anselmo arcediano de Cañete en
1190, 1195 y 1200, y canciller del obispo. Hace la donación "una cum filio meo
Egidio et fratribus suis", al parecer a cambio de un aniversario; un A. arcediano de
Moya figura en el obituario de la catedral publicado por Trenchs. En 1237 se mencionan
molinos en esa zona como antiguas propiedades de "Jocelmez", arcediano de Moya;
debe de ser el mismo personaje.
10. Julio González: Reinado y
diplomas de Fernando III, t. II (Córdoba 1983), doc. 207; privilegio de Fernando III
(Villanueva de Madrid, 9-IX-1225) reformando otro de Alfonso VIII de 1195: "Quia vero
Villa que dicitur Moya postmodum populata fuit, et portaticum quod solebat percipi in
Canneto que nunc est aldea de Moya percipitur in Moya...". Cañete era todavía una
jurisdicción importante a finales de 1217, cuando Alvaro de Lara tiene que devolver su
tenencia y la de Alarcón a doña Berenguela; como la lista de los jueces de Moya parece
comenzar en 1218, es defendible que en 1218 se diese a Moya el fuero de Cuenca y se
incluyese Cañete en su jurisdicción. Eso originaría un traslado del arcedianato.
Cañete es parte de la tierra de Moya al menos desde julio de 1222, según un documento de
compraventa. En marzo de 1222 Fernando III confirmó a la iglesia de Cuenca el mismo
portazgo de Cañete que en 1225 mudó a Moya; se hace extraño pensar que Cañete pasase a
ser aldea de Moya precisamente entre los dos documentos de marzo y julio conservados,
aunque el traslado del arcedianato pudo anteceder a la designación de Cañete como aldea
de Moya. Cañete se zafó de Moya para pasar a señorío en 1285, con muy poca tierra de
término y sin ninguna de sus antiguas aldeas, salvo La Huérguina. Durante siglos
conoció el dominio de diversos señores hasta su erección en marquesado a comienzos de
la Edad Moderna de manos de la familia Hurtado de Mendoza. Los problemas con la
circundante tierra de Moya (pastos, servidumbre de ganados, aprovechamientos
forestales...) han sido constantes a lo largo de la historia.
11. Publicado por Gorosterratzu, o.
c., doc. 7; 4-III-1210, Letrán: "ut... liberam auctoritate nostra habeas
potestatem... in castellis et in villis presbyteros instituere, et... ordinare... in
Episcopatibus qui de antiquis Ecclesie tue terminis noscuntur, etc.". El documento,
redactado durante la estancia de Rada en Roma, sugiere que en 1210 éste tenía ya planes
para disgregar Cuenca, a la que no cuenta entre sus diócesis sino como
"parroquia" junto con Alcalá, que no había sido repuesta: "Complutensem
parrochiam et Concham eidem tamquam Metropoli subditas esse decernimus cum terminis
suis". En febrero logra del Papa para su sede varias posesiones que detentaba
indebidamente el obispo de Cuenca (Eduardo Estella Zalaya: El fundador de la Catedral de
Toledo, Toledo 1926, p. 70).
12. BN, ms 13071, ff.
110v-112r: "...cum ex antiquorum frequente assertione, et modernorum probabili
atestatione comperimus quod ecclesia de Cannet cum universis territoriis suis ecclesiis ad
episcopatum Valerionensem e iure diocesali spectent et pertineant...". Uclés,
7-XI-1190. El obispo de Albarracín entrega por eso las iglesias de Cañete al de Cuenca,
con asentimiento del señor de Albarracín. Curioso documento, que
apunta a desconocidos intereses de los Azagra en Cañete, quizás incluso una conquista o
anexión a los musulmanes, con entrega posterior a Castilla. El documento en cuestión
sería entonces la consecuencia eclesiástica de esta cesión.
13. "Valeria teneat de Alpont
usque in Taravellam, de Figuerola usque Innar". Alpont es Alpuente, y Taravella
(Teravella y Turavella figuran en otras copias del texto) podría ser Teruel (árabe
Tiruwal). Sobre los dos límites occidentales no se ha dicho nada concluyente.
14. Quizás incluyendo la importante
zona de Alarcón, al sur de Valera y posteriormente designada arcedianato.
15. Angel Manrique: Cisterciensium,
sive verius Ecclesiasticorum Annalium t. IV (Lyon 1649), p. 139: "...como más tarde
crecieron tanto las rentas de éstos [obispados] que en cada uno puede mantenerse
adecuadamente su propio obispo". Letrán, 28-I-1218, y luego San Pedro, 28-V-1218.
16. Originales de estos dos pleitos
se conservan en el Archivo de la Catedral de Cuenca, actualmente cerrado por obras.
Clementino Sanz: Reseña cronológica de algunos documentos conservados en el archivo de
la Catedral de Cuenca (Cuenca 1965), registra cuatro documentos de 1220 (nº 53-56), otro
de 1263 (nº 103, una citación del obispo de Burgos a las partes para la solución de los
dos pleitos; tal vez 1263 sea la era para el año 1225) y otro más de 1299 (nº 215; ese
año es usado por Sanz para catalogar documentos sin fecha pero datables en el siglo
XIII). El último contiene un interrogatorio hecho a las partes por el obispo de Burgos;
en las transcripciones dieciochescas de Morales (BN ms 13071, 133v-134v) y Burriel (BN ms
13037, 134v-139r) sólo se copian los convenios de 1-VI-1220 en Burgos sobre arbitraje y
fianzas. Francisco J. Hernández ha transcrito (Los cartularios de Toledo, doc. 390 = AHN,
996B, f. 48rv) ese acuerdo entre Jiménez de Rada y García de Cuenca para la solución de
ambos litigios, que muestra que el 24 de mayo, tras varias largas dadas por García al
procurador del pleito, se habían reunido Rada y García, "tras lo cual los jueces
habían planteado y recibido preguntas sobre algunos extremos y cada litigante había
respondido a las preguntas de los jueces tal y como se recoge en las actas
judiciales" (este interrogatorio parece el del documento nº 215 de Sanz).
17. El 7-IV-1228 Rada consigue de
Gregorio IX un cambio de árbitros en el pleito de Moya, que parece seguir abierto.
Eduardo Estella (o. c., pp. 70-71) dice sin embargo, a la vista del documento de
referencia del Archivo de la Catedral de Toledo (I.4.N.1.18, según Linehan, o. c. p. 13,
quien también lo consultó y considera inconcluso el litigio en esa fecha) que tanto el
pleito de disgregación como el de Moya habían sido fallados ya contra Rada. Según Mateo
López la sentencia se dio en tiempos del obispo Mateo Reynal, muerto ya Rada.
18. Rada llevaba razón en el pleito
de Moya; en el de disgregación actuó con descaro, ya que en su propia sede tenía sin
reponer no uno, sino dos obispados: Oreto y Compluto. Varios papas le instaron, al tiempo
que le confirmaban su privilegio, a restaurar rápidamente todas las viejas sedes a medida
que se fueran reconquistando, pero Rada siempre se mostró remiso a hacerlo para seguir
controlando sus rentas.
19.
Según la Hitación de Wamba, que lo toma de la División de Constantino,
correspondían a la silla de Toledo los obispados de Oretum, Beatia, Mentesa, Acci,
Basti, Urci, Bigastro, Ilice, Setabis, Denia, Valentia, Segobriga, Ercavica, Valeria,
Complutum, Seguntia, Oxoma, Segobia y Palantia. El Tarraconense tenía Barcinona,
Egara, Gerona, Ampurias, Vich, Urgel, Ilerda, Ictosa, Tortosa, Cesaraugusta, Osca,
Calahorra, Turiaso y Auca. La reconquista eclesiástica aragonesa estaba
cerrada, por lo que el enfrentamiento entre privilegios consuetudinarios y el derecho de
conquista se planteó inevitablemente. Esto fue sin duda lo que Rada comprendió y trató
de evitar.
20. El nombramiento de legado
para la Cruzada debió de preceder en pocos
días a la incoación del pleito conquense.
21. De hecho, tras la
conquista castellana de Requena en 1238 ésta fue inmediatamente incorporada a la
diócesis conquense como territorio de la valeriense. No dejaron de tener una evidente
mala fe tanto la anexión de Requena a Castilla como su adjudicación eclesiástica a
Cuenca, ya que era un territorio inequivocamente valenciano. Las protestas de Jaime I no
sirvieron de nada, y Requena quedó como tierra castellana hasta su incorporación a la
provincia de Valencia en 1852. Hasta un siglo después dependió eclesiásticamente de
Cuenca
22. Los reyes aragoneses
gozaban del privilegio de proveer las parroquias reconquistadas, con excepción de la sede
diocesana.
23. Años más tarde, en 1238, Rada
realiza un último intento de reivindicar Valencia; ante su inminente caída en poder de
Jaime I, comisionó al obispo de Albarracín para que reclamase en su nombre la
jurisdicción toledana de la sede. El obispo se presentó a las puertas de la ciudad y los
aragoneses le prohibieron la entrada; insistente, ofició extramuros la primera misa en la
Valencia conquistada y enterró cristianamente el primer muerto. De nada valió su gesto,
y en el agrio pleito subsiguiente el Papa adjudicó Valencia a la archidiócesis
tarraconense anteponiendo el derecho de conquista a las prerrogativas tradicionales
toledanas. Porfiando el arzobispo por hacer valer sus potestades, el concilio de la
Tarraconense reunido en 1240 en la misma Valencia le excomulgó por obstinarse en andar
por el territorio de la diócesis valenciana con la cruz alzada y bajo palio (Costa y
Borrás: Collectio novissima Constitutionum Provincialium Tarraconensium, t. V, Barcelona
1866, p. 103). El Papa, informado del incidente, levantó de inmediato la excomunión. No
obstante, el asunto del palio se reabrió en el siglo XIV.
24. Id., p. 446: " ...que nos
reciban a nosotros y a los nuestros y guerreen junto a nosotros, y que no hagan tregua
alguna con los sarracenos en perjuicio nuestro, de forma que podamos guerrear cuando nos
parezca. Aparte, si en este tiempo, por causa de la indignación regia o por otra
necesidad, Dios no lo quiera, nos pareciese preciso retirarnos a estos castillos, Gil y
sus sucesores deberán acogernos con reverencia".
25. Cinco meses antes de la
infeudación con Garcés hizo Rada un contrato semejante con el señor de Molina, Gonzalo
Pérez, quien le donó el señorío con la consiguiente restitución inmediata para sí y
sus sucesores como vasallos feudales de Rada; el documento destaca el carácter de legado
papal de Rada y la maniobra obtiene la confirmación de Roma el año siguiente. Para
Gonzalo Pérez el beneficio esperado era el mismo que llevó a Portugal a rendir vasallaje
al Papado en 1143: evitar la absorción por Castilla. Obtenido el plácet papal en 1222,
Pérez de Molina, confiado en su "inmunidad", no tardó en lanzarse contra
Castilla en 1223, calculando muy mal sus fuerzas y ocasionando el final de la autonomía
del territorio.
26. El aragonesismo
"Serriella" aparece también en el título que precede a la transcripción del
feudo de 1221 en el Liber Privilegiorum toledano, casi contemporáneo del documento
original (v. nota 1).
27. María del Mar Agudo Romeo: El
fuero de Daroca (Zaragoza 1992), p. 52. Tal vez el fuero sea de 1152, pero este
amojonamiento, característico de carta puebla, puede ser fechado en 1142 como reza el
texto. El alfoz se extiende sobre todo por tierras aun no conquistadas, y con su
otorgamiento se incita a la expansión. Versiones posteriores lo reducen de forma muy
considerable. De 1140-45 es también el amojonamiento del fuero de Molina, cuyos términos
se solapan profundamente con los darocenses entre Cubel y Ródenas, y que hubo que
recortar posteriormente (Pedro Pérez Fuertes: Síntesis historico-política... del
Señorío y tierra de Molina, Guadalajara 1983, pp. 25-26). De 1176 es la carta puebla de
Teruel, con mojones "ad Bexix, et ad Alpontem, et ad pedem muli, et ad fontem de
Canegrali..." que en gran medida se superponen a los antiguos de Daroca, y a los
futuros de Moya. No hemos localizado con garantías ese "pie del mulo" que media
en la gran distancia entre Alpuente y la "fontem de Canegrali"; tal vez sea el
Puntal del Pie Mulo, una anodina cota de 1.300 metros al sur de Talayuelas. No es disparatado pensar en que, en la búsqueda de hitos geográficos
significados que parece guiar al autor de la relación, se trate del propio Pico Ranera,
sobre el Puntal y cuyo nombre actual deriva de la cercana encomienda santiaguista
establecida a sus pies en el siglo XIII, y de forma característica. En Henarejos
existe otra Pata del Mulo, con 1.243 metros. La "fontem
Canegrali" debe ser, sin demasiadas dudas, el gran manantial del Alto Cabriel cerca
del actual núcleo de El Vallecillo, aguas arriba del Molino de San Pedro y no lejos de la
aldea de El Cañigral, hoy despoblada.
28. Id., pp. 19-20 y mapa en p. 13.
29. Al-Idrisi: Los caminos de
Al-Andalus en el siglo XII según Uns al-Muhay wa-Rawd al-Furay ("Solaz de corazones
y prados de contemplación"), estudio, edición, traducción y anotaciones por Jassim
Abid Mizal (Madrid 1989).
30. Id., pp. 37-38 y prólogo de
M.J. Viguera, p. 9. A través de 59 rutas y 273 caminos secundarios incluye 234 topónimos
que son novedad absoluta en las fuentes árabes, de los cuales sólo 76 son mencionados
por autores posteriores.
31. Id., p. 93 (traducción). Las
reducciones de lugares pertenecen a Abid Mizal; hemos omitido aquí su reducción de
al-S.ral.h a La Olmeda y su identificación con S.zal.h, puntos que desarrolla en la p.
290 y que debatimos más adelante. Hay que advertir que ninguno de los dos manuscritos del
Uns al-Muhay está vocalizado, y que ambos están plagados de incorrecciones.
32. Por lo demás, todos los nombres
de la ruta desde al-Funt hasta Santa Mariya son -siempre en orden
inverso- iguales a los del amojonamiento desde Santa María hasta Alpuent.
33. Jaime Caruana: Indice de los
pergaminos... existentes en el Archivo de la ciudad de Teruel (Madrid 1950), doc. 4
(p. 32).
34. Miguel Gual Camarena: Precedentes
de la Reconquista valenciana (Valencia 1952), doc. XLVIII (1210, agosto 26.
Castielfabib: otorga a los Hospitalarios la iglesia de ese lugar en atención a la ayuda
prestada en su toma) y doc. XLVII (1210, agosto 26: "Datum in exercitu iuxta
Castellum Habib, ipso iam capto"). Según el Anónimo de Madrid y Copenhague (ed. y
trad. de A. Huici, Valencia 1917, pp. 114-115) "apoderóse de ellos por cercos y
combates y se le entregó la mayor parte de sus habitantes".
35. Gual Camarena, op. cit.,
doc. L: 1210, septiembre 19. Villafeliz. En su episcopologio segobricense, Juan Bautista
Pérez coloca en 1207 la conquista de los "oppida de Ademuz, Castielfabib et
Serrilla". Gual (p. 42) advierte que el autor, obispo de Segorbe en el siglo XVI,
equivoca muchas fechas.
36. Id., doc. LI (1210,
octubre, 23. Lérida), publicado íntegro. Se trata de la quinta parte de los castillos,
que pertenecía de antiguo a los templarios: "ex donacione... avi nostri Raimundi...
et confirmacione... patris nostri... Ildefonsi regis, et nostra, habere et accipere sine
questione aliqua debebatis". Según un papel pegado al documento, la permuta no
llegó a realizarse para Ademuz y Castielfabib. Ramón Berenguer IV donó al Temple la
quinta parte de todas las conquistas en tierras de infieles, y no sólo de estos castillos
como cree Gual.
37. Publicado por Martín Almagro: Historia
de Albarracín y su sierra, t. III (Teruel 1959); doc. 21: "ecclesias de
Serrella et de lo Corvo et de Pinna de Jahya, cum mezquitiis...". La fecha correcta,
11 de abril de 1249/1211, está mal transcrita en el epígrafe de Almagro. El rey no
concede la iglesia de Castielfabib porque el 26 de agosto de 1210 la había entregado a la
orden del Hospital.
38. El Anónimo..., trad.
Huici, p. 115.
39. Francisco de Diago: Anales
del Reino de Valencia, t. I (Valencia 1613), pp. 270-271. No hemos visto el documento
original. En el llamado Códice de Castiel, publicado por Carles Riba, se copia
un documento semejante para Castielfabib, con error de fecha (1209) que explica Gual
(o.c., p. 42). Lógicamente las otras dos poblaciones disfrutarían de beneficios
semejantes.
40. Publicado por César Tomás: Catálogo
de la sección de pergaminos del archivo de la S.I. Catedral de Albarracín (Teruel
1955), ap. doc. I. Dado en Brihuega, 30-IX-1232.
41. Doce millas da el Uns al-Muhay
entre Ademuz y Castielfabib. La ruta secular entre ambas poblaciones, a lo largo de
las vegas del Turia y el Ebrón, arroja entre los centros históricos de ambos lugares la
distancia de 11,6 kms. Ni la milla de 1.180 metros nos sirve para cuadrar las cifras.
Entre Castielfabib y Albarracín indica dieciocho millas. El camino secular más corto
entre ambas poblaciones (virtualmente una línea recta) arroja unos 38 kms, aunque el
principal se desvía varios kilómetros, por el Collado de la Plata. Para encajar en las
dieciocho se precisaría usar una milla de 2.100 metros. Esta medida se queda ya pequeña
en la distancia entre Alpuente y Domeño, ocho millas según al-Idrisi, y en realidad algo
menos de veinte kilómetros a vuelo de pájaro, por un terreno accidentado. Por el
contrario la siguiente distancia, a Chulilla (también de ocho millas) es escasa, y fuerza
a utilizar un patrón de milla muy pequeño. En resumen, nada más lejos de la milla
arquetípica de 1.481 metros. Abid Mizal apunta en su obra la gran divergencia en la
medida de las millas, y también como en algunos tramos, comunes a dos rutas, las
distancias cambian sobre los mismos lugares. Ni siquiera la distancia global de ciento
diez millas permanece inalterable, afirmando un poco más adelante ("Las distancias
de la Cora de Burriana", p. 95) que: "De Valencia a Santa María [de
Albarracín] hay ciento quince millas".
42 Las distancias exactas son las
siguientes. De Alpuente a Aras, 15,2 kms. De Aras a Ademuz por Santa Cruz, 27,4 kms, luego
el total del ramal es de 42,6 kms. El camino por las aldeas de Alpuente da 17,7 kms hasta
Losilla (Barranco del Escaiz); de ahí a Ademuz por Arcos y la Puebla la cuenta asciende
hasta 22,9 kms, luego la distancia total es de 40,6 kms. Como se ve, apenas hay diferencia
entre las dos rutas. La conexión Aras-Losilla arroja exactamente 6,1 kilómetros, lo que
permitiría cuatro posibilidades de ruta sin aumento de distancias significativo. Si en
todo el tramo de veintitrés millas al-Idrisi usó el mismo patrón, éste sería la milla
de tercio de legua (1.850 metros), que da 23 millas por Santa Cruz y 22 por la Puebla de
San Miguel.
43. Esta ruta
parece haber experimentado un considerable aumento de tránsito en el periodo
bajomedieval, ya que evitaba el paso por Castilla. Al menos desde el siglo XVI existía en
la Hoya de la Carrasca aduana para el pago por cambio de reino (Aragón-Valencia).
Superponiendose a la ruta por Santa Cruz corre la Cañada de Salvacañete (AAVV: Cuadernos
de la Transhumancia, nº 8 -Albarracín,Cuenca,Molina. Ed. ICONA, Madrid 1993, p. 45
y ss.), en tanto que la ruta por la Puebla no es sino una vía pecuaria de segundo orden.
El que Llopis localizase una posible villa romana en el paraje del Sargal (con restos de
una almazara) hace algo más de fuerza en favor de esta opción (Salvador Llopis y Llopis:
"Pie de prensa de aceite romano, de Santa Cruz de Moya (Cuenca)", Archivo
Español de Arqueología, nº 21, Madrid 1948, pp. 298 y 299). Seguramente con el
itinerario de al-Idrisi estamos ante otra ruta romana de penetración en la meseta, al
norte de las de Vadocañas y La Pesquera y al sur de la XXXI del Itinerario de Antonino,
que no debe pasar muy lejos de Salvacañete si seguimos a Santiago Palomero Plaza: Las
vías romanas en la provincia de Cuenca (Cuenca 1987), pp. 149-150, 162. Véase la
toponimia en el lado valenciano: Losa del Obispo, Aras, Losilla, El Losar (dos lugares en
Alpuente y Aras)... Tradicionalmente se viene atribuyendo a Alpuente y Castielfabib origen
romano. Si la cañada de Talayuelas (Cordel de Linares) marca como parece otra ruta
ancestral, habría que pensar en un enlace entre ambas no muy lejos de Santa Cruz, para
seguir hacia el norte y enlazar con la XXXI.
44 U.T.M. 30TXK580330, hoja 27-24.
Se trata de una fortaleza de tamaño medio, casi arrasada. El despoblado es abierto, de
dimensiones imprecisas, junto a unos enormes aterrazamientos y una bifurcación del
camino. Su espacio vital debió ser el actual término de la Puebla de San Miguel,
fundación tardía (principios s. XIV, v. nota 51), cuya ubicación en plena cubeta del
valle deja claro el abandono de la mentalidad defensiva de la etapa de frontera. En el
castillo, la ausencia de cerámica vidriada de Teruel, Muel y del taller contemporáneo de
Ademuz, omnipresentes en secuencias bajomedievales de la zona, lleva a establecer con
todas las reservas un límite de ocupación máximo hacia la segunda mitad del siglo XIII.
Es importante recalcar que lo abrupto de su ruta es la única razón por la que
descartamos el enclave; de hecho de todos los despoblados sin identificar es el que mejor
se adapta a las distancias de al-Idrisi, si éstas debiesen ser tomadas ad litteram. Otras
fortificaciones a lo largo del ramal, emplazamientos descartados de Serrella por su falta
de entidad son la desaparecida torre de la Hoya de la Carrasca (junto a la aldea), los
restos del Castillo de Moros en Sesga (30TXK534323, hoj. 26-24) y la posible
fortificación, de la que nada queda, en el Cerro del Castello, en la Puebla de San Miguel
(30TSK574352, hoj. 27-24).
45 Aquí habría que descartar un
par de lugares: el Castillejo de Losilla (30TXK634264, hoj. 27-25), sin entidad, y el
Castillo del Poyo (30TXK669242, hoj. 27-25), formidable punto fuerte, célebre por haber
sido el último bastión carlista en el Centro en la última guerra. Desde Madoz se le
viene atribuyendo origen romano (v. "El Collado"), no comprobado pero nada
improbable. La primera alusión explícita (por lo que sabemos) es de 1336. El 14 de abril
de ese año Pedro IV de Aragón (II de Valencia), se compromete a nunca enajenarlo de la
Corona junto con Alpuente y otros lugares -Valeriano Herrero Herrero, La villa de
Alpuente, Segorbe 1993 (2ª edición), p. 103- Desde entonces, aparece asiduamente en
la documentación como anejo del castillo de Alpuente. Si antes de estas primeras fuentes
conocidas tuvo la misma condición o fue algo más es algo que de momento no podemos
saber. Los problemas para su reducción a Serrella son: a) su situación, todavía en la
vega y término tradicional de Alpuente; b) su carácter de puesto militar, sin una
población inmediata de relieve ni restos de ella.
46 30TXK618226, hoja 27-25.La
distancia a Alpuente es de 16 kms por Aras (unas ocho millas y media de 1850 mts). La
distancia a Ademuz es de 29 kms (quince millas y media).
47 El viajero Cavanilles afirmaba en
el siglo XVIII que la inmediata ermita de Santa Catalina (¿advocación vestigio de la
antigua población?) se había construido en la centuria anterior con materiales
provenientes de "canteras en la Muela" (Antonio José Cavanilles: Observaciones
sobre la Historia Natural, Geográfica...... del Reyno de Valencia, Madrid 1795-97;
ed. en extracto: Las comarcas de los Serranos y el Rincón de Ademuz según Cavanilles y
Madoz, Valencia, 1987, p. 39). En nuestro siglo, hace algunos años, una tercera parte del
perímetro de la muralla fue desmontado con maquinaria pesada para la pavimentación del
carril que sube a la ermita. Personas de edad
no excesivamente avanzada en Aras recuerdan como algunos tramos del muro perimetral
levantaban "en tiempos" hasta metro y medio de altura.
48 30TXK614182, hoja 27-25. Las
distancias son 10.5 kms a Alpuente por Titaguas y 32 a Ademuz (5,6 y 17,3 millas,
respectivamente).
49 Por ejemplo el Castillejo de
Higueruela, el Castillejo de Losilla, el Castillo de Moros (Sesga), el Castillo de
Bercolón, el mismo castillo de la Cabeza del Moro..., todos con presencia medieval
evidente y alguno sobre vestigios de la última Edad de Hierro, a
tenor de mínimos restos cerámicos. Se trata de una coexistencia (o sucesión) de
dos formas diferentes de fortificar. La primera, común a todo el centro peninsular,
caracterizada por los aparejos a tizón y la cuidada calidad de obra. En la zona tenemos a
Alpuente (v. Agustí Ribera i Gomez: "El Castell de Alpont (Valencia) Noticia
sobre restos constructivos de época califal" en Actas del I Congreso de
Arqueología Medieval Española, III, Zaragoza 1986, p. 249 y ss.), Barrachina (v. José
Mª Solías Arís, y Juana Mª Huélamo Gabaldón, en este mismo volumen), Castielfabib,
Albarracín (Torre del Andador. v. Martín Almagro Gorbea: "Las torres bereberes
de la Marca Media", en Cuadernos de la Alhambra, XII, p. 279 y ss., Granada
1976. Frente a ella, esta otra, seguramente posterior, que recrea en los castillos las
formas tradicionales de construcción civil (y de aterrazamiento) en el Rincón de Ademuz
y sus aledaños.
50. No pretendemos aquí desarrollar
un análisis exhaustivo de las muestras cerámicas en superficie, tarea que propiamente
corresponde al especialista y excede nuestras pretensiones en el presente trabajo, de
carácter histórico, no arqueológico. Nos basta simplemente con constatar una ocupación
medieval en el momento que tratamos.
51 Alpuente recibió diversos
privilegios de Jaime I entre 1236 y 1242 tendentes a paliar la despoblación que sufría la villa. Moya y su tierra debieron
ser pobladas por segunda vez a partir de 1252 por un hijo de Gil Garcés (v. infra). En la
infeudación de 1221 parece aludirse indirectamente a la postración demográfica de Santa
Cruz de Moya, Mira y Serrella. Se sabe que Sinarcas estaba desierta cuando, a la muerte
del Conquistador, la repobló su hijo natural Jaime de Jérica. Algo parecido debió
ocurrir en la Puebla de San Miguel, quizás a cargo de la Orden de Montesa, que controlaba
diezmos, réditos y tributos de los todos los lugares del Valle de San Miguel desde 1322
como heredera de templarios y hospitalarios (Aurea Javierre Mur: Privilegios reales de
la Orden de Montesa en la Edad Media, Madrid, s.f., nº 317. 1322, junio, 13.
Barcelona). En 1294 el solar de la Puebla
debía seguir desierto, ya que no figura -como debería- en un arreglo de diezmos de la
Segobricense en que se enumeran todos los restantes lugares del Rincón (Caruana, op.cit.,
doc. 52, p. 49).
52 En el caso de Aras, parecen
frecuentes las confusiones con Ares del Maestre, que aparece en 1232 (cabalgada del
concejo turolense) y 1237 (concesión a Don Ladrón en el repartimiento valenciano).
53. Herrero, op. cit., pp.
70, 73. Toma el dato de Lázaro Ramiro: Historia de la Virgen de la Consolación,
Pamplona 1785, p. 33, que debió ver el privilegio original, hoy desaparecido, en el
archivo de Alpuente. Permanece una duda razonable sobre si lo que se produjo fue una
donación nueva, tal y como parece, o simplemente la confirmación de una posesión
anterior. Las tres aldeas nunca debieron llevar demasiado bien su absorción por Alpuente,
a diferencia de la veintena de pequeños núcleos dentro del estricto alfoz alpontino. La
Yesa consiguió la segregación como villa independiente en 1587, Aras en 1728 y Titaguas
en 1729.
54. La repoblación de Moya tardó
algunos años en ocupar las zonas más orientales. Aliaguilla no se repuebla hasta 1225 y
es dudoso que Talayuelas, población carente de fortaleza, tuviese una entidad apreciable
en este momento, aunque las atalayas sobre el paso de la Sierra de Mira, el acceso natural
de la Sierra de Cuenca a la Plana de Utiel, tienen secuencias de ocupación musulmana y
medieval cristiana de los siglos XIII al XV y es más que probable que en este momento
estuviesen guarnecidas.
55. La genealogía de Sancha como
hermana del fundador de la orden de Santiago y esposa de Miguel Muñoz se debe a López
Agurleta; la discute M. Agustín Romero: "Doña Sancha Gómez, madre de San
Martín de Finojosa", en Celtiberia 31 (Soria 1966), pp. 77-95.
56. José Antonio García Luján: Cartulario
del Monasterio de Santa María de Huerta (Santa María de Huerta 1981), doc. 45;
1185, agosto 14. Osma. Se menciona a Gil Garcés, su hermano Pedro Garcés y sus hermanas;
reciben un tercio de Deza, proindiviso con el de Muño Sánchez. Martín de Hinojosa
recibe el otro tercio.
57. Se sabe que Rada era primo de
Rodrigo de Sigüenza; pero en un documento de Huerta (García Luján, op. cit.,
doc. 69; ¿1200? Huerta) aparecen como hermanos del obispo seguntino F. Garcez y G.
Garcez, que debe de ser Gil; F. Garcez sería el Fernando Garcés de Azagra mencionado en
1224 o 1225 (Martín Almagro, op. cit., doc. 55); Rodrigo de Sigüenza era
probablemente hermanastro de Gil y Fernando. Rada era hijo de Eva, y Gil Garcés lo era de
Teresa, hijas las dos de Miguel Muñoz de Hinojosa y Sancha de Hinestrillas. En 1221 Rada
prohibe a "E. Garsie" vender los tres castillos a nadie que no sea pariente de
Garcés "quantum ad lineam consanguinitatis Michaelis Munionis de Feneiosa et domine
Sanccie de Fenestrellis", abuelos maternos de Rada. Si Garcés muere "sine prole
legittima" deberá nombrar heredero de ellos al "consanguineo eius propinquori
de genere Michaelis Munionis de Fenoiosa et domine Sanccie Fenestrelis descendenti recta
linea".
58. Hemos conservado la hache del
nombre, procedente de un *Fenestrellas. Hoy es Inestrillas, y forma parte del municipio de
Aguilar del Río Alhama. Este Aguilar parece el mismo que entró por parte castellana en
las prendas del tratado de Castro Berdejo de 1186. En el siglo XIV Aguilar de Inestrillas
era un realengo y fue enajenado en favor del señor de Cameros. Estos lugares
pertenecieron al obispado de Osma.
59. García Luján, op. cit,
doc. 72; 1201, julio 1: Egidius Garcez se compromete a dar al monasterio la vigésima
"de omni auro et argento, quod a domino meo accepero", y la vigésima de las
rentas "quatinus si honorem a domino meo habuero", siempre bajo la condición de
que el obispo don Martín administre libremente esas donaciones mientras viva.
Posiblemente estamos ante el Gil Garcés sobrino de Martín pero, muerto éste y
establecido Gil de Azagra en la frontera valenciana, se hizo freire de Santiago (consta en
1228), orden que regularmente liga las donaciones a enterramientos en sus iglesias.
60. Julio González: El reino de
Castilla en la época de Alfonso VIII, t. III (Madrid 1960). Debe de ser el
"Egidius Garsie" de los documentos 721-2,-4,-7-8, 731-2,-6, 740,-3,-5,-8, 750-2,
761,-3,-7-9, entre 23-VII-1202 y 8-XII-1204; y el del 783 (29-IV-1206, una donación a
Ovila, monasterio filial de Huerta, hecha por otro don Gil que en un documento consta como
"bonus vir", no noble); González señala la falsificación del 874
(4-XII-1210). En los primeros diplomas "Egidius Garsie" figura inmediatamente
detrás de Muño Sánchez de Hinojosa (Hinojosa del Campo para el marqués de Cerralbo),
tío de Gil Garcés, uno de los conquistadores de Cuenca, de la que fue teniente en 1180 y
en la que recibió tierras; Muño fue alcaide de Toledo en 1202; Martín Muñoz, su hijo,
teniente de Alarcón en 1214, poseyó en Moya la heredad de Mijares, que donó a uno de
sus caballeros entre 1221 y 1222.
61. Ibíd., doc. 889. 1211,
Cedillo, tierra de Madrid: "don Gil Garciaz". En el último testamento de
Fernando Ruiz de Azagra (1194) se estipulaba que Pedro Fernández debía ir a la corte
castellana al cumplir los 20 años para confirmar ante el rey que legaría Albarracín a
la orden de Santiago si moría sin descendientes legítimos; acto seguido los
santiaguistas le debían entregar el pleno dominio de Albarracín. Todo esto, unido al
hecho de que Alfonso VIII estuviese en tierra de Madrid en octubre de 1211, permite datar
el nacimiento de Pedro Fernández hacia octubre de 1191.
62. Jerónimo de Zurita: Anales
de la Corona de Aragón, II, 61.
63. Publicado por Almagro, op.
cit., doc. 28. Gil Garcés queda como primer receptor de los castillos de Chodas y
Zalatamor (tras abonar la cantidad por la que quedan empeñados a Sancho el Fuerte) si
muriese Pedro Fernández. En mayo de 1214 se perfecciona el contrato y el nombre de
Garcés desaparece de las cláusulas (id., doc. 29); en doc. 30 (Tudela, 1214) Gil Garcés
es mencionado como cuarto receptor en el empeño de Ródenas hecho por Gonzalo Fernández
de Azagra a Sancho el Fuerte.
64. Joaquim Miret: Itinerari de
Jaume I "El Conqueridor" (Barcelona 1918), p. 19, nota. Figura en un lugar
muy destacado de la larga lista de asistentes, cuarto, inmediatamente detrás de su primo
Pedro Fernández. El juramento tuvo lugar en Lérida, hacia el mes de agosto de 1214.
65. Demetrio Mansilla: La
documentación pontificia de Honorio III (1216-1227), (Roma 1965), p. 34. 27-II-1217,
Letrán: "Seguntino et sancte Marie de Barrazin episcopis et archidiacono
Seguntino". El obispo de Sigüenza era hermano del propio "nobilis vir Egidius
de Zagra". En noviembre de 1216 Honorio había confirmado a Sancho el Fuerte de
Navarra la posesión de varios castillos en la frontera aragonesa con el norte de Valencia
(Almagro, doc. 34) adquiridos "laboribus et expensis", es decir, probablemente
por empeños de Pedro II. Olocau (del Rey), Pina de Arañonal y Mallo (ambos cerca de
Fredes), Mingalbo, un Aledo que parece el cercano a Villafranca del Cid, son lugares cuya
relativa proximidad a Mora hace pensar de nuevo en el navarro Garcés como posible
teniente por acuerdo de las partes en estos empeños, de los que no ha quedado otra
documentación (lo que invita a suponer que no fueron desempeñados, sino perdidos por
Sancho frente a los musulmanes).
66. Zurita: Anales... II,
68; Garcés no secunda a Pedro Fernández de Azagra, que por entonces está en guerra con
Jaime I.
67. En el original de la
infeudación se conserva su sello junto a los del arzobispo y el cabildo toledano.
68. Miret, op. cit, p. 56:
"...in obsidione Peniscole", 3-IX-1225.
69. Regina Sáinz de la Maza: La
orden de Santiago en la Corona de Aragón. La Encomienda de Montalbán (1210-1327),
(Zaragoza 1980), doc. 11; 1226, agosto, 28. Teruel. "Egidius Garcez de Açagra"
figura en lugar muy destacado, sólo precedido por el obispo de Zaragoza.
70. Ibidem, doc. 12; 1228, agosto.
Lérida. Encabeza la lista de testigos en el pergamino original de la promesa, escrita en
castellano, que hizo la condesa Aurembiaix de Urgel de enterrarse en tierra de la Orden.
71. La já de "Jil"
suena como la jota castellana; el apellido se escribe a menudo Garsie o Garçia, apto para
verterlo con la shín del texto; en el documento de 1228 el nombre se escribe
"Gil Garciez d'Azagra"; en 1211, Garciaz. "G.r.si.s" sería
un buen aljamiado para cualquiera de ellos. Bejís podría ser uno de esos castillos en la
frontera musulmana que según el documento papal de 1217 entregó Pedro II a Gil de
Azagra. En febrero de 1211 Pedro II estaba muy cerca de Bejís, ante Jérica, y quizás se
hizo entonces con la plaza junto con Pina de Montalgrao, probablemente la "Pinna de
Jahya" que lee Almagro en el privilegio de Pedro II a Rada de abril de 1211.
72. Publicada fragmentariamente por
Muhammad b. Sarifa: Abu'l-Mutarrif Ahmad b. Amira al-Majzumi hayatutu wa ataruhu
(Rabat 1966), pp. 92-93. Ver también Emilio Molina López: Ceyt Abu Ceyt
(Almería 1977), pp. 24-25, 59-60; Muhammad b. Sarifa: "Relaciones entre Ibn
al-Abbar e Ibn Amira de Alcira", en Ibn al-Abbar. Actes del Congrés
Internacional "Ibn al-Abbar i el seu temps" (Valencia 1990), pp. 95-96.
Sarifa transcribe "Julio Garcés". Molina habla de "Garcés". Abd
Allah, hijo de Abuceit, cortó desde Jérica los suministros a Bejís, y cuando los
sitiados comenzaron a sufrir privaciones llamó a su padre, que desde Valencia, pasando
por Segorbe, compareció para el asalto.; por cierto que Roque Chabás ("Çeid
Abu Çeid", en El Archivo V, Valencia 1891, pp. 143-166)
malinterpretando a Codera, invirtió los términos de este suceso, y tras él muchos
estudiosos. En 1232 Pedro Fernández de Azagra, a la sazón aliado de Abuceit, dominaba
Bejís (Peregrín-Luis Llorens: "Catálogo de pergaminos del archivo de la S.I.
Catedral de Segorbe", doc. 1, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, t.
LXXII, 1-2, Madrid 1964-1965, p.34), con Juan González de Heredia como alcaide.
73. La carta de Ibn Amira describe
el asalto y toma de Bejís: "....al amanecer, se prepara la gente ocupando sus
posiciones, y Dios hace que los herejes aparenten menor número en sus ojos, alrededor tan
solo de treinta. Los buenos arqueros lanzan sus flechas con puntería en los objetivos,
mientras otros se acercan a la muralla, de donde reciben piedras, convencidos de una
victoria segura. Cuando los herejes son conscientes de la crudeza de la batalla, se
rinden" (Traducción de Gamal Saleh Abd Ou). Molina (supra, p. 25) menciona
"una terrible matanza" de aragoneses tras la captura de la plaza.
74. Aurea Javierre Mur: Privilegios
reales de la Orden de Montesa en la Edad Media (Madrid, s.f.), nº 51. 1235, enero,
2. Burriana ("Anno domini M.CC.XXX quarto").
75. Junto con el documento de Deza y
la infeudación de Toledo, el testamento de "domna Tota Ladro uxor quondam Egidii
Garcez" es básico para el estudio de los Azagra de Mora. Martín Almagro, que no lo
conocía, trazó la semblanza de un solo Gil Garcés cuya vida activa se extendía entre
1211 y 1270 como mínimo (Almagro, pp. 216-221). Fue publicado por Ambrosio Huici: Colección
diplomática de Jaime I, el Conquistador, t. I (Valencia 1916), doc. CLXXXI. Toda
lega cien maravedíes alfonsinos a Teresa Gil (de Vidaurre), luego esposa de Jaime I; un
parentesco entre ambas se deduce del hecho de que Pedro Ladrón de Vidaurre era sobrino
carnal de Toda; no damos a Gil Garcés de Azagra por padre de Teresa Gil porque suponemos
que la filiación de esta esposa real está bien contrastada.
76. John England: El Conde
Lucanor: A Collection of Mediaeval Spanish Stories (Warminster, s.f.), p. 260. No se
ha logrado identificar convincentemente al conde leproso Rodrigo el Franco con ningún
personaje del siglo XIII. Tampoco cabe un enlace con la casa real navarra. La recreación
literaria prima con mucho sobre el rigor histórico. Para un estado de la cuestión, v.
Daniel Devoto: Introducción al estudio de Don Juan Manuel y... el Conde Lucanor
(París 1972), pp. 445-449, que recoge entre otros la crítica del texto hecha por Salazar
y Castro: Historia genealógica de la casa de Lara (Madrid 1694-97), T. III, lib.
XVIII, p. 247 y ss). Ninguno de ellos sabe quién fue Gil de Azagra.
77. Algo más tarde, a mediados de
siglo, aparece otra Serrella en la región de Alcoy, muy en el interior del reino de
Valencia.
78. Fragmentos de las cartas de Ibn
Amira han sido publicadas en árabe por Muhammad b. Sarifa, op. cit.
79. En julio de 1228 Abuceit marcha
contra el rebelde Ibn Hud de Murcia y sale derrotado; quizás es entonces cuando envía el
mensaje a Roma.
80. Datos biográficos en Emilio
Molina López: Murcia y el Levante español en el siglo XIII (1224-1266). Resumen
de tesis doctoral (Granada 1978), pp. 20-21. Cfr. al-Maqqari: Nafh at-Tib,
t. II (ed. Ihsan Abbas, Beirut, 1968), p. 66.
81. Ibn al-Abbar: al-Muqtadab
min kitab Tuhfat al-Qadim (El Cairo / Beirut 1982). Ed. de Ibrahim al-Abyari, p. 195.
82. Al-Idrisi, op. cit., p.
290.
83. En favor de la identidad de
ambos topónimos está también la difícil reducción de S.zal.h a nombres de
esa zona. La única opción que conocemos, Cella, es muy forzada por su emplazamiento,
sobre todo si el texto es posterior a 1210.
84. En el documento 35, fechado en
Piedra el año de gracia de 1222 (Almagro lee o transcribe mal la fecha, y para Angel
Cañellas es de 1224), se alude a una futura marcha de Pedro Fernández a "terra
sarracenorum". Por lo que se sabe de otro noble como Blasco de Alagón en esas
fechas, así como por la delicada situación de las relaciones entre Albarracín y
Aragón, sería apresurado colegir que la marcha fue de carácter hostil. En todo caso,
reaparece en Albarracín en 1223. En noviembre de 1227 Fernández hace testamento
"por si de mi deviniere la muert en esta carrera que io fago", y en marzo del
año siguiente está en Toledo.
85. Huici, Colección diplomática,
doc. cit., pp. 278-279. El rey Jaime dona a Toda mil maravedíes alfonsinos para fines
piadosos "por los muchos servicios que constantemente nos hizo" (p. 279) y en su
testamento de 1242 (id., doc. CCXXXVIII, pp. 347-348) dispone que se saquen de las rentas
de Barcelona y Valencia, "pro remedio anime domne Tode Ladro".
86. El 13 de junio de 1238 la
entrada 379 registra donaciones de casas en Valencia a Marti Garceç, Egidius Garceç y
Gil, tal vez padre e hijo. Por demás, en el testamento de 1238 Toda hereda al hijo con
las casas de un "Abinsalino" (sic, en lectura de Huici) "in
termino Valencie" que había pedido y obtenido Toda de Jaime I; en enero de 1239
Jaime da a Gil todas las posesiones de "Abinsalbo", "infra
civitatem Valencie et toto suo regno" (entrada 1047), ampliando la donación; ahora
bien, en 1260 le da todo Perpuchent en compensación por Planes, que no le entregó a su
tiempo a pesar de que "Abinçelm" poseía allí grandes propiedades; el
documento, que no hemos podido leer, dice, al parecer, que esas donaciones habían sido
prometidas al padre de Gil, cuando el testamento dice que las solicitó Toda, pero sólo
"in termino Valencie". Si el Gil de 1239, sucesor de su homónimo ya fallecido,
es padre del de 1260, habría tres dinastas; pero no podemos concluirlo por ahora. Sobre
Gil Garcés en el repartimiento de Valencia, ver Antoni Ferrando y otros: Llibre del
repartiment de Valencia. Introducció, transcripció, etc. (Valencia 1978), índice,
esp. Açagra, Gil de; Garces, Egidius; Garçes de Açagra, Egidius; Garcez, G.; Garcez,
Gil. También la entrada 550, por la que Abuceit recibe diversos bienes de "Abdela
Abensalbo" el 28 de julio de 1238; esto dataría post quem la donación a Toda
Ladrón y el testamento de ésta.
87. Sáinz de la Maza, op. cit.,
doc. 23 (1242); Miret, op. cit, pp. 196 (1249), 214, 216-217 (1251).
88. A.H.P. de Teruel, carpeta A,
doc. 6. 12-IV-1252 [Mira]. El concejo de Teruel y el de Mira hacen hermandad sobre
prendimientos tal como Mira la tenía con Moya; señor de Mira, "don Gil
Garcéz"; señor por su mano, García de Alvero, posterior albacea testamentario de
Garcés.
89. Baltasar Caballón de la
Carrera: Fundación de Moya y su antigüedad (manuscrito de 1625 en el Archivo de
la Real Chancillería de Granada, Perg. 36), f. 3rv, en nota. De 1252 parece datar el
amojonamiento y entrega a la Orden de Santiago de la Torre de don Alonso, en Moya
(Iradiel, a. c., doc. 39).
90. Miret, op. cit, pp. 270
("Datum Dertuse X calendas februarii anno Domini MCCL septimo") y 299 ("XV
calendas aprilis anno Domini MCCL nono"); antes, en 1256, confirma una donación en
Calatayud (p. 252).
91. Antonio Ballesteros: Alfonso
X el Sabio (Barcelona 1984), pp. 349-350. 1263, mayo, 3. Lérida. Publicado en A.
Huici y M.D. Cabanes: Documentos de Jaime I de Aragón, V (Zaragoza 1988), doc.
1319. La comisión es de seis personas, tres por cada reino.
92. "Fuese el Rey á Sevilla, y
estando allí embio su flota sobre Cartagena con Rui Lopez de Mendoza su Almirante, y por
tierra a Don Gil Garcia de Azagra, y a Diego Lopez Salcedo Merino mayor de Castilla, con
mucha gente de a cavallo y de a pie, y a los Concejos de Cuenca, y de Alarcon, y de
Alcaraz, y de toda esta comarca hasta Chinchilla, los quales entraron poderosamente en el
Reyno de Murcia, y llegaron a Cartagena, donde hallaron ya surgida (sic) la flota de
Rey". Francisco Cascales: Discursos históricos de Murcia y su Reyno (Murcia
1775), p. 29. Tal vez tuvo Garcés en La Mancha el lugar de Gil García, hoy Villagarcía
del Llano, en el límite de Cuenca con Albacete, cercano a las tierras (Fuentealbilla) de
Gonzalo Ruiz de Atienza, señor también de Boniches, con quien aparece varias veces
asociado.
93. Cfr. Manuel González Jiménez: Diplomatario
andaluz de Alfonso X (Sevilla 1991), donde confirma 14 documentos entre el 22-IV-1266
y el 15-VII-1272, apareciendo siempre entre el adelantado de la frontera Diego Sánchez de
Funes y el aragonés Pedro Cornel.
94. Llibre dels fets del rei en
Jaume, ed. de Jordi Bruguera, t. II (Barcelona 1991), p. 391 (nº 481, y ver nº
480). Jaime I salió de Toledo y pasó por Illescas, Adamuz (luego despoblado en término
de Cobeja), Uclés, Moya, Alpuente y Chelva hasta Valencia; el 14 de enero signó un
documento en Alpuente y tres en Chelva; el día 12 había otorgado un privilegio sin seña
de lugar, tal vez porque se encontraba todavía en Castilla, en Moya.
95. A.H.P. de Teruel, carp. A, doc.
26. Teruel, 1269. Se trata de un pleito entre el concejo turolense y don Pedro Aznarez
sobre la posesión de Rubielos. Los árbitros citan a ambas partes en Sarrión, adonde no
comparece el noble, no sintiéndose seguro en un lugar del alfoz de Teruel. El escudero
que envía en su nombre intenta concertar una nueva reunión en suelo neutral, y propone
Fuenseca o Mora. La parte turolense se aviene y acepta la Mora de Gil Garcés, que aparece
expresamente mencionado en el documento: "en la villa de mora que es de don Gil
garcez dazagra".
96. Cascales, op. cit., p.
45, donde dice que fue a él "a quien principalmente fue cometido el
repartimiento" de los pagos o aldeas. Transcribe también varios documentos reales
confirmados por Garcés. En p. 37 copia una lista de nobles beneficiados en el
Repartimiento de Murcia. El primero, "Don Gil García de Azagra".
97. José Ramón Castro:
Diputación General de Navarra. Catálogo del Archivo General. Sección de Comptos.
Tomo I (Pamplona 1952), doc. 402. 23-IX-1272, Munilla. Se concierta el matrimonio del
heredero navarro con Yolanda, hija de Alfonso X, y una alianza entre los dos reinos. Este
pacto salvó a Alfonso ante la inminente llegada a Navarra de los nobles castellanos
rebeldes; lo resume Ballesteros, op. cit., p. 578.
98. Crónicas de los Reyes de
Castilla, ed. Cayetano Rosell, t. I (Madrid 1953), p. 23; es el tercero de un total
de ocho, y primero entre los que no pertenecen a la familia real. También es mencionado
entre los de máxima confianza del rey en p. 20.
99. El infante era mayordomo del rey
desde 1260, con cinco años de edad; por otra parte, Garcés no cambia de posición en los
escatocolos desde 1266, ni siquiera en 1272 cuando es mencionado varias veces como
mayordomo.
100. Ver, p. ej., Miret, op. cit,
pp. 485-487; sobre todo, Almagro, op. cit., doc. 56. Valencia, 1-VII-1273:
"...como el noble Gil Garcés de Azagra, ya fallecido, mandaba en su última voluntad
que se vendieran sus castillos y todos sus bienes para pagar sus deudas y reparar sus
faltas... ", Jaime I autoriza la venta de Mora, de la que, sin embargo, disponía en
1275 cuando la dio a su hijo Jaime de Jérica; J. Martínez Ortiz: Referencias a
Teruel y su provincia en los documentos de Jaime I el Conquistador (Teruel 1960), nº
333; Aurea Javierre, op. cit., n. 134. Parientes más o menos cercanos, tanto en
el lado Azagra (García Ortiz) como en el Ladrón (Pedro Ladrón), iniciaron una serie de
litigios contra los albaceas, que eran García de Alvero, Portolés de Foces, Rodrigo
Jiménez de Heredia y Arnau de Castro. Estos incoaron a su vez otro pleito ante el rey
contra el comendador del Hospital de Calatayud, que se había apoderado de los bienes que
don Gil tenía en Barbastro. En el siglo XIV se sigue pleiteando por la herencia de
Garcés.
101. El 10-II-1274 Alfonso X otorga
casas en Murcia y la alquería de Ceutí, propiedades que habían sido de Garcés (Juan
Torres Fontes: Fueros y Privilegios de Alfonso X al Reino de Murcia, Murcia 1973,
doc. CXXXIII y nota 4 de p. 147).
102. Santa Cruz se menciona como
frontera del reino de Valencia en los Furs de 1251 y en los de Jaime II del siglo XIV, sin
especificar si pertenece a Aragón o Castilla.
103.
Cfr. Gerardo González, op. cit., p. 252: "El Concejo y Regidores y Justicia
de esta Villa de Moya viendo que el principal heredamiento de los vecinos de ella es las
viñas que tienen en Santa Cruz y donde mas provecho reciben...", redactan unas
ordenanzas para Santa Cruz en 1522.
104.
Cavanilles, op. cit., p. 42: "Y no es éste [las inundaciones del Turia] el
mayor mal que sufren estos labradores, sino la triste suerte de ser meros arrendatarios.
No teniendo seguridad de conservar por muchos años los campos que cultivan, carecen de
estímulo para mejorarlos de un modo sólido y permanente. De ahí es que aunque logran
terrenos fértiles, aguas abundantes, y diversas posiciones aptas para variar los frutos,
todos son pobres, y muchos miserables".
105.
Real Academia de la Historia, Col. Abella, t. XXIX, f. 71v (legajo II 6). El paso de las
maderadas por Santa Cruz fue un permanente punto de conflicto entre los dos reinos (siglo
XIV especialmente), jalonado de abusos mutuos.
106. El
Rincón abandonó los fueros aragoneses y turolenses. No obstante, en todos los aspectos
la zona era afín al reino de Aragón y no al nuevo ámbito valenciano. Sobre Castiel, v.
Burns, R.I.: Moros, cristians y jueus..., (Valencia, 1987), pp. 291-92. El
privilegio original en A.C.A., reg. 19, fol. 24, 24-VI-1273. Sobre Arcos, v. A.H.P. de
Teruel, carp. A, doc. nº 27 de 7-VI-1269; y también carp. A, doc nº 29 de 6-II-1270.
Sobre Arcos y la sal véase también a Burns, op. cit, p. 228 y ss. Todos estos
hechos consagraron el aislamiente administrativo del territorio que perdura hasta hoy.
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