1.  A.H.N. ms 996B (Liber Privilegiorum Ecclesiae Toletanae I), f. 35rv. 1221, noviembre 30. Toledo: "De tribus castellis scilicet Sancta Crux, Mira, Serriella quos E. garsie tenet ab ecclesia toletana". Publicado por Ramón Paz: "Un nuevo feudo castellano", en Anuario de Historia del Derecho Español, V (Madrid 1928), pp. 445-448. Resumido y corregida la fecha a partir del documento original del Archivo de la Catedral de Toledo (E.12.O.1.3) por Francisco J. Hernández: Los cartularios de Toledo. Catálogo documental (Madrid 1985), doc. 398.

2. Anales Toledanos I en A. Huici Miranda: Las crónicas latinas de la Reconquista (Madrid 1913), p. 356. En Anales Toledanos II la fecha es 1220, pero para el catálogo de los jueces de Cuenca "la de Requena" tuvo lugar en octubre 1219 - octubre 1220; San Martín es el 11 de noviembre, de 1219 por tanto. Rada entró por la "part de Aragon" porque en tierras castellanas se observaban las treguas con los almohades; la cifra de cruzados debería leerse acaso como doce mil. El Papa recibió con alegría ("letanter accepimus") esta incursión (Javier Gorosterratzu: Don Rodrigo Jiménez de Rada, Pamplona 1925, doc. 74) en 1220, tres meses después de la afectada y virulenta carta que envió a Rada en pleno sitio de Requena (id., doc. 72 de 26-X-1219) censurando su incumplimiento de los acuerdos del concilio de Letrán. Otro documento papal (id., doc. 71) muestra que Sancho el Fuerte proyectó ir a esta cruzada.

3. Pero topónimos con el nombre de la cruz aparecen en Guadalajara y en el sur de Teruel con aspecto mozárabe: Alcoroches, Santa Croche, Valacloche; en Aragón, Vanaclocha.

4. Gerardo González García: Noticias de Moya (Moya 1889, ms. del Archivo Dicesano de Cuenca), pp. 290-294. González copia un traslado de 26-VIII-1737 (realizado con ocasión de un litigio sobre Sierra con el cura de Talayuelas), que a su vez transcribe el traslado autenticado hecho en Cuenca a 5-IX-1415 por el deán Guillermo Barral de una bula del Papa Luna (Valencia, 1408) confirmando una carta en romance del obispo Juan dada en Pareja a 7-II-1406. En la carta se dice: " ...por cuanto Nos hicisteis cierta informacion en como vos los dichos Arcipreste y Clerigos del dicho Cabildo los vuestros antecesores de luengo tiempo aca obisteis Collacion y gracia de la Sierra de dicha Villa e de la Casa de la Rada, de la Allaton, e de los pagos con Avendon, e Figueruela termino de la dicha Villa de Moya...". De sur a norte en término de Santa Cruz tenemos a Higueruela (el único de los lugares que sigue poblado) después a Abendón (junto al arroyo y al cerro de su mismo nombre), a continuación Rada (en el paraje de La Rá y bajo el Risco de la Rada, actualmente en el exacto límite entre Landete y Santa Cruz, como su nombre (rada, frontera) parece indicar, y más al norte Ayatón (en las inmediaciones del Barranco del Ayatón). No sabemos nada sobre Los Pagos, nombre anodino que se ha perdido completamente. Las coordenadas aproximativas de los despoblados (U.T.M., hoj. 26-25 del 1:50000) son: 30SXK525188 (Abendón), 30SXK464225 (Rada) y 30SXK455255 (Ayatón). Con la propia Santa Cruz, se trata de la casi totalidad del término municipal al oeste del Turia. 

5. Gerardo González García: o. c., pp. 117-124, traslada un "Libro de advertencias y costumbres en la pesquisa de los cahices del Marquesado" que describe la jurisdicción de Sierra. Había diezmos de Sierra en Alcalá de la Vega, Salvacañete, Zafrilla, Henarejos, Aliaguilla, Talayuelas, Los Huertos y Moya. Todos esos lugares lindan o son muy próximos a  otros del antiguo obispado segobricense, salvo Los Huertos y Henarejos. Cada año el abad mayor saliente de Moya recibía la abadía de Sierra, carente de parroquia propia. Eran feligreses de Sierra todos los residentes temporales en Moya y los que a los nueve días de establecerse "animo permanendi" no se habían inscrito en ninguna parroquia. También los vecinos de Santa Cruz (lugar moyano del obispado segobricense) que sin ser feligreses de las parroquias moyanas tienen propiedades en Moya (pp. 227-228, "Constituciones del modo de diezmar", 30-VII-1698). Los vecinos de Santa Cruz con tierras en Moya darían cuenta de las excepciones que en este beneficio suponen las heredades en Los Huertos y Henarejos. La constitución XXXII (pp. 234-235) pone como ejemplo de suelo de Sierra cualquier tierra moyana propiedad de vecinos de Negrón, en el Rincón de Ademuz. Los rasgos de enclave forastero en Moya que tiene la Colación de Sierra son congruentes con el origen último que le suponemos: reajustes que modificaban la línea fronteriza sin afectar a la propiedad privada de la tierra.

6. No se sabe si Rada fomentó o apoyó la campaña que contra García, tercer obispo de Cuenca,   levantó el arcediano de Huete con acusaciones de desgobierno, simonía, incontinencia, brujería, pacto con la muerte e inmunidad al fuego. La campaña del arcediano comenzó en 1216; pero fue atendida en Roma en diciembre de 1217 y el pleito de Rada con García se incoa en enero de 1218; García es el único obispo mencionado en Planeta, la obra de Diego García de Campos escrita en 1218 que contiene graves insultos genéricos al obispo castellano junto con un panegírico de Rada. Diego de Campos, canciller real aficionado a los juegos numerales, dice que García gobernó su diócesis "per novem annos continuos minus decem", frase que interpretamos como que "gobernó nueve años seguidos si le restas diez", es decir, que nunca gobernó (fue elegido en 1208). Por tanto, probablemente sea este prelado conquense el innominado obispo que es como un "aljibe de ineptitud (¿alusión al desgobierno?), almacén de odio, templo de tristeza y trono de avaricia (la acusación de simonía), y pozo de falsedad y mar de vicios muertos al modo del peor rufián (¿la incontinencia?)". En 1221 se desestimaron los cargos contra García de Cuenca, que en 1222 recibió la alabanza del papa. El asunto lo trata con detalle, conjeturando con fuerza la tesis de la conspiración, Peter Linehan: The Spanish Church and the Papacy in the Thirteen Century (Cambridge 1971), pp. 12-14.

7. Santa Cruz acompañó en sus vicisitudes a la diócesis segobricense, donde aparece en documentos de 1232, 1277 (entre las iglesias usurpadas por el obispado de Valencia) y 1381; en la desmembración del siglo XVI optó por Segorbe como sus vecinos del Rincón de Ademuz. A Segorbe ha pertenecido hasta mediados del siglo XX, en que pasó a Cuenca.

8. Rada pleitea "super restitucione iuris diocesani in villa que dicitur Moia cum terminis suis quam me dicebam per eundem episcopum expoliatum" (Hernández, o. c., doc. 390, p. 348).

9. AHN, OM de Santiago. Hospital de Cuenca, Caj. 99 nº 19: donación de molinos "in termino de la parra" y "in la peralega" al cabildo de Cuenca por "A.", arcediano de Moya. "Facta carta sub era MCCLVIIII". Este A. debe de ser el Anselmo arcediano de Cañete en 1190, 1195 y 1200, y canciller del obispo. Hace la donación "una cum filio meo Egidio et fratribus suis", al parecer a cambio de un aniversario; un A. arcediano de Moya figura en el obituario de la catedral publicado por Trenchs. En 1237 se mencionan molinos en esa zona como antiguas propiedades de "Jocelmez", arcediano de Moya; debe de ser el mismo personaje.

10. Julio González: Reinado y diplomas de Fernando III, t. II (Córdoba 1983), doc. 207; privilegio de Fernando III (Villanueva de Madrid, 9-IX-1225) reformando otro de Alfonso VIII de 1195: "Quia vero Villa que dicitur Moya postmodum populata fuit, et portaticum quod solebat percipi in Canneto que nunc est aldea de Moya percipitur in Moya...". Cañete era todavía una jurisdicción importante a finales de 1217, cuando Alvaro de Lara tiene que devolver su tenencia y la de Alarcón a doña Berenguela; como la lista de los jueces de Moya parece comenzar en 1218, es defendible que en 1218 se diese a Moya el fuero de Cuenca y se incluyese Cañete en su jurisdicción. Eso originaría un traslado del arcedianato. Cañete es parte de la tierra de Moya al menos desde julio de 1222, según un documento de compraventa. En marzo de 1222 Fernando III confirmó a la iglesia de Cuenca el mismo portazgo de Cañete que en 1225 mudó a Moya; se hace extraño pensar que Cañete pasase a ser aldea de Moya precisamente entre los dos documentos de marzo y julio conservados, aunque el traslado del arcedianato pudo anteceder a la designación de Cañete como aldea de Moya. Cañete se zafó de Moya para pasar a señorío en 1285, con muy poca tierra de término y sin ninguna de sus antiguas aldeas, salvo La Huérguina. Durante siglos conoció el dominio de diversos señores hasta su erección en marquesado a comienzos de la Edad Moderna de manos de la familia Hurtado de Mendoza. Los problemas con la circundante tierra de Moya (pastos, servidumbre de ganados, aprovechamientos forestales...) han sido constantes a lo largo de la historia.

11. Publicado por Gorosterratzu, o. c., doc. 7; 4-III-1210, Letrán: "ut... liberam auctoritate nostra habeas potestatem... in castellis et in villis presbyteros instituere, et... ordinare... in Episcopatibus qui de antiquis Ecclesie tue terminis noscuntur, etc.". El documento, redactado durante la estancia de Rada en Roma, sugiere que en 1210 éste tenía ya planes para disgregar Cuenca, a la que no cuenta entre sus diócesis sino como "parroquia" junto con Alcalá, que no había sido repuesta: "Complutensem parrochiam et Concham eidem tamquam Metropoli subditas esse decernimus cum terminis suis". En febrero logra del Papa para su sede varias posesiones que detentaba indebidamente el obispo de Cuenca (Eduardo Estella Zalaya: El fundador de la Catedral de Toledo, Toledo 1926, p. 70).

12. BN, ms 13071, ff. 110v-112r: "...cum ex antiquorum frequente assertione, et modernorum probabili atestatione comperimus quod ecclesia de Cannet cum universis territoriis suis ecclesiis ad episcopatum Valerionensem e iure diocesali spectent et pertineant...". Uclés, 7-XI-1190. El obispo de Albarracín entrega por eso las iglesias de Cañete al de Cuenca, con asentimiento del señor de Albarracín. Curioso documento, que apunta a desconocidos intereses de los Azagra en Cañete, quizás incluso una conquista o anexión a los musulmanes, con entrega posterior a Castilla. El documento en cuestión sería entonces la consecuencia eclesiástica de esta cesión. 

13. "Valeria teneat de Alpont usque in Taravellam, de Figuerola usque Innar". Alpont es Alpuente, y Taravella (Teravella y Turavella figuran en otras copias del texto) podría ser Teruel (árabe Tiruwal). Sobre los dos límites occidentales no se ha dicho nada concluyente.

14. Quizás incluyendo la importante zona de Alarcón, al sur de Valera y posteriormente designada arcedianato.

15. Angel Manrique: Cisterciensium, sive verius Ecclesiasticorum Annalium t. IV (Lyon 1649), p. 139: "...como más tarde crecieron tanto las rentas de éstos [obispados] que en cada uno puede mantenerse adecuadamente su propio obispo". Letrán, 28-I-1218, y luego San Pedro, 28-V-1218.

16. Originales de estos dos pleitos se conservan en el Archivo de la Catedral de Cuenca, actualmente cerrado por obras. Clementino Sanz: Reseña cronológica de algunos documentos conservados en el archivo de la Catedral de Cuenca (Cuenca 1965), registra cuatro documentos de 1220 (nº 53-56), otro de 1263 (nº 103, una citación del obispo de Burgos a las partes para la solución de los dos pleitos; tal vez 1263 sea la era para el año 1225) y otro más de 1299 (nº 215; ese año es usado por Sanz para catalogar documentos sin fecha pero datables en el siglo XIII). El último contiene un interrogatorio hecho a las partes por el obispo de Burgos; en las transcripciones dieciochescas de Morales (BN ms 13071, 133v-134v) y Burriel (BN ms 13037, 134v-139r) sólo se copian los convenios de 1-VI-1220 en Burgos sobre arbitraje y fianzas. Francisco J. Hernández ha transcrito (Los cartularios de Toledo, doc. 390 = AHN, 996B, f. 48rv) ese acuerdo entre Jiménez de Rada y García de Cuenca para la solución de ambos litigios, que muestra que el 24 de mayo, tras varias largas dadas por García al procurador del pleito, se habían reunido Rada y García, "tras lo cual los jueces habían planteado y recibido preguntas sobre algunos extremos y cada litigante había respondido a las preguntas de los jueces tal y como se recoge en las actas judiciales" (este interrogatorio parece el del documento nº 215 de Sanz).

17. El 7-IV-1228 Rada consigue de Gregorio IX un cambio de árbitros en el pleito de Moya, que parece seguir abierto. Eduardo Estella (o. c., pp. 70-71) dice sin embargo, a la vista del documento de referencia del Archivo de la Catedral de Toledo (I.4.N.1.18, según Linehan, o. c. p. 13, quien también lo consultó y considera inconcluso el litigio en esa fecha) que tanto el pleito de disgregación como el de Moya habían sido fallados ya contra Rada. Según Mateo López la sentencia se dio en tiempos del obispo Mateo Reynal, muerto ya Rada.

18. Rada llevaba razón en el pleito de Moya; en el de disgregación actuó con descaro, ya que en su propia sede tenía sin reponer no uno, sino dos obispados: Oreto y Compluto. Varios papas le instaron, al tiempo que le confirmaban su privilegio, a restaurar rápidamente todas las viejas sedes a medida que se fueran reconquistando, pero Rada siempre se mostró remiso a hacerlo para seguir controlando sus rentas.

19.   Según la Hitación de Wamba, que lo toma de la División de Constantino, correspondían a la silla de Toledo los obispados de Oretum, Beatia, Mentesa, Acci, Basti, Urci, Bigastro, Ilice, Setabis, Denia, Valentia, Segobriga, Ercavica, Valeria, Complutum, Seguntia, Oxoma, Segobia y Palantia. El Tarraconense tenía Barcinona, Egara, Gerona, Ampurias, Vich, Urgel, Ilerda, Ictosa, Tortosa, Cesaraugusta, Osca, Calahorra, Turiaso y Auca. La reconquista eclesiástica aragonesa estaba cerrada, por lo que el enfrentamiento entre privilegios consuetudinarios y el derecho de conquista se planteó inevitablemente. Esto fue sin duda lo que Rada comprendió y trató de evitar.

20. El nombramiento de legado para la Cruzada debió de preceder  en pocos días a la incoación del pleito conquense.

21. De hecho, tras la conquista castellana de Requena en 1238 ésta fue inmediatamente incorporada a la diócesis conquense como territorio de la valeriense. No dejaron de tener una evidente mala fe tanto la anexión de Requena a Castilla como su adjudicación eclesiástica a Cuenca, ya que era un territorio inequivocamente valenciano. Las protestas de Jaime I no sirvieron de nada, y Requena quedó como tierra castellana hasta su incorporación a la provincia de Valencia en 1852. Hasta un siglo después dependió eclesiásticamente de Cuenca

22. Los reyes aragoneses gozaban del privilegio de proveer las parroquias reconquistadas, con excepción de la sede diocesana.

23. Años más tarde, en 1238, Rada realiza un último intento de reivindicar Valencia; ante su inminente caída en poder de Jaime I, comisionó al obispo de Albarracín para que reclamase en su nombre la jurisdicción toledana de la sede. El obispo se presentó a las puertas de la ciudad y los aragoneses le prohibieron la entrada; insistente, ofició extramuros la primera misa en la Valencia conquistada y enterró cristianamente el primer muerto. De nada valió su gesto, y en el agrio pleito subsiguiente el Papa adjudicó Valencia a la archidiócesis tarraconense anteponiendo el derecho de conquista a las prerrogativas tradicionales toledanas. Porfiando el arzobispo por hacer valer sus potestades, el concilio de la Tarraconense reunido en 1240 en la misma Valencia le excomulgó por obstinarse en andar por el territorio de la diócesis valenciana con la cruz alzada y bajo palio (Costa y Borrás: Collectio novissima Constitutionum Provincialium Tarraconensium, t. V, Barcelona 1866, p. 103). El Papa, informado del incidente, levantó de inmediato la excomunión. No obstante, el asunto del palio se reabrió en el siglo XIV.

24. Id., p. 446: " ...que nos reciban a nosotros y a los nuestros y guerreen junto a nosotros, y que no hagan tregua alguna con los sarracenos en perjuicio nuestro, de forma que podamos guerrear cuando nos parezca. Aparte, si en este tiempo, por causa de la indignación regia o por otra necesidad, Dios no lo quiera, nos pareciese preciso retirarnos a estos castillos, Gil y sus sucesores deberán acogernos con reverencia".

25. Cinco meses antes de la infeudación con Garcés hizo Rada un contrato semejante con el señor de Molina, Gonzalo Pérez, quien le donó el señorío con la consiguiente restitución inmediata para sí y sus sucesores como vasallos feudales de Rada; el documento destaca el carácter de legado papal de Rada y la maniobra obtiene la confirmación de Roma el año siguiente. Para Gonzalo Pérez el beneficio esperado era el mismo que llevó a Portugal a rendir vasallaje al Papado en 1143: evitar la absorción por Castilla. Obtenido el plácet papal en 1222, Pérez de Molina, confiado en su "inmunidad", no tardó en lanzarse contra Castilla en 1223, calculando muy mal sus fuerzas y ocasionando el final de la autonomía del territorio.

26. El aragonesismo "Serriella" aparece también en el título que precede a la transcripción del feudo de 1221 en el Liber Privilegiorum toledano, casi contemporáneo del documento original (v. nota 1).

27. María del Mar Agudo Romeo: El fuero de Daroca (Zaragoza 1992), p. 52. Tal vez el fuero sea de 1152, pero este amojonamiento, característico de carta puebla, puede ser fechado en 1142 como reza el texto. El alfoz se extiende sobre todo por tierras aun no conquistadas, y con su otorgamiento se incita a la expansión. Versiones posteriores lo reducen de forma muy considerable. De 1140-45 es también el amojonamiento del fuero de Molina, cuyos términos se solapan profundamente con los darocenses entre Cubel y Ródenas, y que hubo que recortar posteriormente (Pedro Pérez Fuertes: Síntesis historico-política... del Señorío y tierra de Molina, Guadalajara 1983, pp. 25-26). De 1176 es la carta puebla de Teruel, con mojones "ad Bexix, et ad Alpontem, et ad pedem muli, et ad fontem de Canegrali..." que en gran medida se superponen a los antiguos de Daroca, y a los futuros de Moya. No hemos localizado con garantías ese "pie del mulo" que media en la gran distancia entre Alpuente y la "fontem de Canegrali"; tal vez sea el Puntal del Pie Mulo, una anodina cota de 1.300 metros al sur de Talayuelas. No es disparatado pensar en que, en la búsqueda de hitos geográficos significados que parece guiar al autor de la relación, se trate del propio Pico Ranera, sobre el Puntal y cuyo nombre actual deriva de la cercana encomienda santiaguista establecida a sus pies en el siglo XIII, y de forma característica. En Henarejos existe otra Pata del Mulo, con 1.243 metros. La "fontem Canegrali" debe ser, sin demasiadas dudas, el gran manantial del Alto Cabriel cerca del actual núcleo de El Vallecillo, aguas arriba del Molino de San Pedro y no lejos de la aldea de El Cañigral, hoy despoblada.

28. Id., pp. 19-20 y mapa en p. 13.

29. Al-Idrisi: Los caminos de Al-Andalus en el siglo XII según Uns al-Muhay wa-Rawd al-Furay ("Solaz de corazones y prados de contemplación"), estudio, edición, traducción y anotaciones por Jassim Abid Mizal (Madrid 1989).

30. Id., pp. 37-38 y prólogo de M.J. Viguera, p. 9. A través de 59 rutas y 273 caminos secundarios incluye 234 topónimos que son novedad absoluta en las fuentes árabes, de los cuales sólo 76 son mencionados por autores posteriores.

31. Id., p. 93 (traducción). Las reducciones de lugares pertenecen a Abid Mizal; hemos omitido aquí su reducción de al-S.ral.h a La Olmeda y su identificación con S.zal.h, puntos que desarrolla en la p. 290 y que debatimos más adelante. Hay que advertir que ninguno de los dos manuscritos del Uns al-Muhay está vocalizado, y que ambos están plagados de incorrecciones.

32. Por lo demás, todos los nombres de la ruta desde al-Funt hasta Santa Mariya son -siempre en orden inverso- iguales a los del amojonamiento desde Santa María hasta Alpuent.

33. Jaime Caruana: Indice de los pergaminos... existentes en el Archivo de la ciudad de Teruel (Madrid 1950), doc. 4 (p. 32).

34. Miguel Gual Camarena: Precedentes de la Reconquista valenciana (Valencia 1952), doc. XLVIII (1210, agosto 26. Castielfabib: otorga a los Hospitalarios la iglesia de ese lugar en atención a la ayuda prestada en su toma) y doc. XLVII (1210, agosto 26: "Datum in exercitu iuxta Castellum Habib, ipso iam capto"). Según el Anónimo de Madrid y Copenhague (ed. y trad. de A. Huici, Valencia 1917, pp. 114-115) "apoderóse de ellos por cercos y combates y se le entregó la mayor parte de sus habitantes".

35. Gual Camarena, op. cit., doc. L: 1210, septiembre 19. Villafeliz. En su episcopologio segobricense, Juan Bautista Pérez coloca en 1207 la conquista de los "oppida de Ademuz, Castielfabib et Serrilla". Gual (p. 42) advierte que el autor, obispo de Segorbe en el siglo XVI, equivoca muchas fechas.

36. Id., doc. LI (1210, octubre, 23. Lérida), publicado íntegro. Se trata de la quinta parte de los castillos, que pertenecía de antiguo a los templarios: "ex donacione... avi nostri Raimundi... et confirmacione... patris nostri... Ildefonsi regis, et nostra, habere et accipere sine questione aliqua debebatis". Según un papel pegado al documento, la permuta no llegó a realizarse para Ademuz y Castielfabib. Ramón Berenguer IV donó al Temple la quinta parte de todas las conquistas en tierras de infieles, y no sólo de estos castillos como cree Gual.

37. Publicado por Martín Almagro: Historia de Albarracín y su sierra, t. III (Teruel 1959); doc. 21: "ecclesias de Serrella et de lo Corvo et de Pinna de Jahya, cum mezquitiis...". La fecha correcta, 11 de abril de 1249/1211, está mal transcrita en el epígrafe de Almagro. El rey no concede la iglesia de Castielfabib porque el 26 de agosto de 1210 la había entregado a la orden del Hospital.

38. El Anónimo..., trad. Huici, p. 115.

39. Francisco de Diago: Anales del Reino de Valencia, t. I (Valencia 1613), pp. 270-271. No hemos visto el documento original. En el llamado Códice de Castiel, publicado por Carles Riba, se copia un documento semejante para Castielfabib, con error de fecha (1209) que explica Gual (o.c., p. 42). Lógicamente las otras dos poblaciones disfrutarían de beneficios semejantes.

40. Publicado por César Tomás: Catálogo de la sección de pergaminos del archivo de la S.I. Catedral de Albarracín (Teruel 1955), ap. doc. I. Dado en Brihuega, 30-IX-1232.

41. Doce millas da el Uns al-Muhay entre Ademuz y Castielfabib. La ruta secular entre ambas poblaciones, a lo largo de las vegas del Turia y el Ebrón, arroja entre los centros históricos de ambos lugares la distancia de 11,6 kms. Ni la milla de 1.180 metros nos sirve para cuadrar las cifras. Entre Castielfabib y Albarracín indica dieciocho millas. El camino secular más corto entre ambas poblaciones (virtualmente una línea recta) arroja unos 38 kms, aunque el principal se desvía varios kilómetros, por el Collado de la Plata. Para encajar en las dieciocho se precisaría usar una milla de 2.100 metros. Esta medida se queda ya pequeña en la distancia entre Alpuente y Domeño, ocho millas según al-Idrisi, y en realidad algo menos de veinte kilómetros a vuelo de pájaro, por un terreno accidentado. Por el contrario la siguiente distancia, a Chulilla (también de ocho millas) es escasa, y fuerza a utilizar un patrón de milla muy pequeño. En resumen, nada más lejos de la milla arquetípica de 1.481 metros. Abid Mizal apunta en su obra la gran divergencia en la medida de las millas, y también como en algunos tramos, comunes a dos rutas, las distancias cambian sobre los mismos lugares. Ni siquiera la distancia global de ciento diez millas permanece inalterable, afirmando un poco más adelante ("Las distancias de la Cora de Burriana", p. 95) que: "De Valencia a Santa María [de Albarracín] hay ciento quince millas".

42 Las distancias exactas son las siguientes. De Alpuente a Aras, 15,2 kms. De Aras a Ademuz por Santa Cruz, 27,4 kms, luego el total del ramal es de 42,6 kms. El camino por las aldeas de Alpuente da 17,7 kms hasta Losilla (Barranco del Escaiz); de ahí a Ademuz por Arcos y la Puebla la cuenta asciende hasta 22,9 kms, luego la distancia total es de 40,6 kms. Como se ve, apenas hay diferencia entre las dos rutas. La conexión Aras-Losilla arroja exactamente 6,1 kilómetros, lo que permitiría cuatro posibilidades de ruta sin aumento de distancias significativo. Si en todo el tramo de veintitrés millas al-Idrisi usó el mismo patrón, éste sería la milla de tercio de legua (1.850 metros), que da 23 millas por Santa Cruz y 22 por la Puebla de San Miguel.

43. Esta ruta parece haber experimentado un considerable aumento de tránsito en el periodo bajomedieval, ya que evitaba el paso por Castilla. Al menos desde el siglo XVI existía en la Hoya de la Carrasca aduana para el pago por cambio de reino (Aragón-Valencia). Superponiendose a la ruta por Santa Cruz corre la Cañada de Salvacañete (AAVV: Cuadernos de la Transhumancia, nº 8 -Albarracín,Cuenca,Molina. Ed. ICONA, Madrid 1993, p. 45 y ss.), en tanto que la ruta por la Puebla no es sino una vía pecuaria de segundo orden. El que Llopis localizase una posible villa romana en el paraje del Sargal (con restos de una almazara) hace algo más de fuerza en favor de esta opción (Salvador Llopis y Llopis: "Pie de prensa de aceite romano, de Santa Cruz de Moya (Cuenca)", Archivo Español de Arqueología, nº 21, Madrid 1948, pp. 298 y 299). Seguramente con el itinerario de al-Idrisi estamos ante otra ruta romana de penetración en la meseta, al norte de las de Vadocañas y La Pesquera y al sur de la XXXI del Itinerario de Antonino, que no debe pasar muy lejos de Salvacañete si seguimos a Santiago Palomero Plaza: Las vías romanas en la provincia de Cuenca (Cuenca 1987), pp. 149-150, 162. Véase la toponimia en el lado valenciano: Losa del Obispo, Aras, Losilla, El Losar (dos lugares en Alpuente y Aras)... Tradicionalmente se viene atribuyendo a Alpuente y Castielfabib origen romano. Si la cañada de Talayuelas (Cordel de Linares) marca como parece otra ruta ancestral, habría que pensar en un enlace entre ambas no muy lejos de Santa Cruz, para seguir hacia el norte y enlazar con la XXXI.

44 U.T.M. 30TXK580330, hoja 27-24. Se trata de una fortaleza de tamaño medio, casi arrasada. El despoblado es abierto, de dimensiones imprecisas, junto a unos enormes aterrazamientos y una bifurcación del camino. Su espacio vital debió ser el actual término de la Puebla de San Miguel, fundación tardía (principios s. XIV, v. nota 51), cuya ubicación en plena cubeta del valle deja claro el abandono de la mentalidad defensiva de la etapa de frontera. En el castillo, la ausencia de cerámica vidriada de Teruel, Muel y del taller contemporáneo de Ademuz, omnipresentes en secuencias bajomedievales de la zona, lleva a establecer con todas las reservas un límite de ocupación máximo hacia la segunda mitad del siglo XIII. Es importante recalcar que lo abrupto de su ruta es la única razón por la que descartamos el enclave; de hecho de todos los despoblados sin identificar es el que mejor se adapta a las distancias de al-Idrisi, si éstas debiesen ser tomadas ad litteram. Otras fortificaciones a lo largo del ramal, emplazamientos descartados de Serrella por su falta de entidad son la desaparecida torre de la Hoya de la Carrasca (junto a la aldea), los restos del Castillo de Moros en Sesga (30TXK534323, hoj. 26-24) y la posible fortificación, de la que nada queda, en el Cerro del Castello, en la Puebla de San Miguel (30TSK574352, hoj. 27-24).

45 Aquí habría que descartar un par de lugares: el Castillejo de Losilla (30TXK634264, hoj. 27-25), sin entidad, y el Castillo del Poyo (30TXK669242, hoj. 27-25), formidable punto fuerte, célebre por haber sido el último bastión carlista en el Centro en la última guerra. Desde Madoz se le viene atribuyendo origen romano (v. "El Collado"), no comprobado pero nada improbable. La primera alusión explícita (por lo que sabemos) es de 1336. El 14 de abril de ese año Pedro IV de Aragón (II de Valencia), se compromete a nunca enajenarlo de la Corona junto con Alpuente y otros lugares -Valeriano Herrero Herrero, La villa de Alpuente, Segorbe 1993 (2ª edición), p. 103- Desde entonces, aparece asiduamente en la documentación como anejo del castillo de Alpuente. Si antes de estas primeras fuentes conocidas tuvo la misma condición o fue algo más es algo que de momento no podemos saber. Los problemas para su reducción a Serrella son: a) su situación, todavía en la vega y término tradicional de Alpuente; b) su carácter de puesto militar, sin una población inmediata de relieve ni restos de ella.

46 30TXK618226, hoja 27-25.La distancia a Alpuente es de 16 kms por Aras (unas ocho millas y media de 1850 mts). La distancia a Ademuz es de 29 kms (quince millas y media).

47 El viajero Cavanilles afirmaba en el siglo XVIII que la inmediata ermita de Santa Catalina (¿advocación vestigio de la antigua población?) se había construido en la centuria anterior con materiales provenientes de "canteras en la Muela" (Antonio José Cavanilles: Observaciones sobre la Historia Natural, Geográfica...... del Reyno de Valencia, Madrid 1795-97; ed. en extracto: Las comarcas de los Serranos y el Rincón de Ademuz según Cavanilles y Madoz, Valencia, 1987, p. 39). En nuestro siglo, hace algunos años, una tercera parte del perímetro de la muralla fue desmontado con maquinaria pesada para la pavimentación del carril que sube a la  ermita. Personas de edad no excesivamente avanzada en Aras recuerdan como algunos tramos del muro perimetral levantaban "en tiempos" hasta metro y medio de altura.

48 30TXK614182, hoja 27-25. Las distancias son 10.5 kms a Alpuente por Titaguas y 32 a Ademuz (5,6 y 17,3 millas, respectivamente).

49 Por ejemplo el Castillejo de Higueruela, el Castillejo de Losilla, el Castillo de Moros (Sesga), el Castillo de Bercolón, el mismo castillo de la Cabeza del Moro..., todos con presencia medieval evidente y alguno sobre vestigios de la última Edad de Hierro, a tenor de mínimos restos cerámicos. Se trata de una coexistencia (o sucesión) de dos formas diferentes de fortificar. La primera, común a todo el centro peninsular, caracterizada por los aparejos a tizón y la cuidada calidad de obra. En la zona tenemos a Alpuente (v. Agustí Ribera i Gomez: "El Castell de Alpont (Valencia) Noticia sobre restos constructivos de época califal" en Actas del I Congreso de Arqueología Medieval Española, III, Zaragoza 1986, p. 249 y ss.), Barrachina (v. José Mª Solías Arís, y Juana Mª Huélamo Gabaldón, en este mismo volumen), Castielfabib, Albarracín (Torre del Andador. v. Martín Almagro Gorbea: "Las torres bereberes de la Marca Media", en Cuadernos de la Alhambra, XII, p. 279 y ss., Granada 1976. Frente a ella, esta otra, seguramente posterior, que recrea en los castillos las formas tradicionales de construcción civil (y de aterrazamiento) en el Rincón de Ademuz y sus aledaños.

50. No pretendemos aquí desarrollar un análisis exhaustivo de las muestras cerámicas en superficie, tarea que propiamente corresponde al especialista y excede nuestras pretensiones en el presente trabajo, de carácter histórico, no arqueológico. Nos basta simplemente con constatar una ocupación medieval en el momento que tratamos.

51 Alpuente recibió diversos privilegios de Jaime I entre 1236 y 1242 tendentes a paliar la despoblación  que sufría la villa. Moya y su tierra debieron ser pobladas por segunda vez a partir de 1252 por un hijo de Gil Garcés (v. infra). En la infeudación de 1221 parece aludirse indirectamente a la postración demográfica de Santa Cruz de Moya, Mira y Serrella. Se sabe que Sinarcas estaba desierta cuando, a la muerte del Conquistador, la repobló su hijo natural Jaime de Jérica. Algo parecido debió ocurrir en la Puebla de San Miguel, quizás a cargo de la Orden de Montesa, que controlaba diezmos, réditos y tributos de los todos los lugares del Valle de San Miguel desde 1322 como heredera de templarios y hospitalarios (Aurea Javierre Mur: Privilegios reales de la Orden de Montesa en la Edad Media, Madrid, s.f., nº 317. 1322, junio, 13. Barcelona).  En 1294 el solar de la Puebla debía seguir desierto, ya que no figura -como debería- en un arreglo de diezmos de la Segobricense en que se enumeran todos los restantes lugares del Rincón (Caruana, op.cit., doc. 52, p. 49).

52 En el caso de Aras, parecen frecuentes las confusiones con Ares del Maestre, que aparece en 1232 (cabalgada del concejo turolense) y 1237 (concesión a Don Ladrón en el repartimiento valenciano).

53. Herrero, op. cit., pp. 70, 73. Toma el dato de Lázaro Ramiro: Historia de la Virgen de la Consolación, Pamplona 1785, p. 33, que debió ver el privilegio original, hoy desaparecido, en el archivo de Alpuente. Permanece una duda razonable sobre si lo que se produjo fue una donación nueva, tal y como parece, o simplemente la confirmación de una posesión anterior. Las tres aldeas nunca debieron llevar demasiado bien su absorción por Alpuente, a diferencia de la veintena de pequeños núcleos dentro del estricto alfoz alpontino. La Yesa consiguió la segregación como villa independiente en 1587, Aras en 1728 y Titaguas en 1729.

54. La repoblación de Moya tardó algunos años en ocupar las zonas más orientales. Aliaguilla no se repuebla hasta 1225 y es dudoso que Talayuelas, población carente de fortaleza, tuviese una entidad apreciable en este momento, aunque las atalayas sobre el paso de la Sierra de Mira, el acceso natural de la Sierra de Cuenca a la Plana de Utiel, tienen secuencias de ocupación musulmana y medieval cristiana de los siglos XIII al XV y es más que probable que en este momento estuviesen guarnecidas. 

55. La genealogía de Sancha como hermana del fundador de la orden de Santiago y esposa de Miguel Muñoz se debe a López Agurleta; la discute M. Agustín Romero: "Doña Sancha Gómez, madre de San Martín de Finojosa", en Celtiberia 31 (Soria 1966), pp. 77-95.

56. José Antonio García Luján: Cartulario del Monasterio de Santa María de Huerta (Santa María de Huerta 1981), doc. 45; 1185, agosto 14. Osma. Se menciona a Gil Garcés, su hermano Pedro Garcés y sus hermanas; reciben un tercio de Deza, proindiviso con el de Muño Sánchez. Martín de Hinojosa recibe el otro tercio.

57. Se sabe que Rada era primo de Rodrigo de Sigüenza; pero en un documento de Huerta (García Luján, op. cit., doc. 69; ¿1200? Huerta) aparecen como hermanos del obispo seguntino F. Garcez y G. Garcez, que debe de ser Gil; F. Garcez sería el Fernando Garcés de Azagra mencionado en 1224 o 1225 (Martín Almagro, op. cit., doc. 55); Rodrigo de Sigüenza era probablemente hermanastro de Gil y Fernando. Rada era hijo de Eva, y Gil Garcés lo era de Teresa, hijas las dos de Miguel Muñoz de Hinojosa y Sancha de Hinestrillas. En 1221 Rada prohibe a "E. Garsie" vender los tres castillos a nadie que no sea pariente de Garcés "quantum ad lineam consanguinitatis Michaelis Munionis de Feneiosa et domine Sanccie de Fenestrellis", abuelos maternos de Rada. Si Garcés muere "sine prole legittima" deberá nombrar heredero de ellos al "consanguineo eius propinquori de genere Michaelis Munionis de Fenoiosa et domine Sanccie Fenestrelis descendenti recta linea".

58. Hemos conservado la hache del nombre, procedente de un *Fenestrellas. Hoy es Inestrillas, y forma parte del municipio de Aguilar del Río Alhama. Este Aguilar parece el mismo que entró por parte castellana en las prendas del tratado de Castro Berdejo de 1186. En el siglo XIV Aguilar de Inestrillas era un realengo y fue enajenado en favor del señor de Cameros. Estos lugares pertenecieron al obispado de Osma.

59. García Luján, op. cit, doc. 72; 1201, julio 1: Egidius Garcez se compromete a dar al monasterio la vigésima "de omni auro et argento, quod a domino meo accepero", y la vigésima de las rentas "quatinus si honorem a domino meo habuero", siempre bajo la condición de que el obispo don Martín administre libremente esas donaciones mientras viva. Posiblemente estamos ante el Gil Garcés sobrino de Martín pero, muerto éste y establecido Gil de Azagra en la frontera valenciana, se hizo freire de Santiago (consta en 1228), orden que regularmente liga las donaciones a enterramientos en sus iglesias.

60. Julio González: El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, t. III (Madrid 1960). Debe de ser el "Egidius Garsie" de los documentos 721-2,-4,-7-8, 731-2,-6, 740,-3,-5,-8, 750-2, 761,-3,-7-9, entre 23-VII-1202 y 8-XII-1204; y el del 783 (29-IV-1206, una donación a Ovila, monasterio filial de Huerta, hecha por otro don Gil que en un documento consta como "bonus vir", no noble); González señala la falsificación del 874 (4-XII-1210). En los primeros diplomas "Egidius Garsie" figura inmediatamente detrás de Muño Sánchez de Hinojosa (Hinojosa del Campo para el marqués de Cerralbo), tío de Gil Garcés, uno de los conquistadores de Cuenca, de la que fue teniente en 1180 y en la que recibió tierras; Muño fue alcaide de Toledo en 1202; Martín Muñoz, su hijo, teniente de Alarcón en 1214, poseyó en Moya la heredad de Mijares, que donó a uno de sus caballeros entre 1221 y 1222.

61. Ibíd., doc. 889. 1211, Cedillo, tierra de Madrid: "don Gil Garciaz". En el último testamento de Fernando Ruiz de Azagra (1194) se estipulaba que Pedro Fernández debía ir a la corte castellana al cumplir los 20 años para confirmar ante el rey que legaría Albarracín a la orden de Santiago si moría sin descendientes legítimos; acto seguido los santiaguistas le debían entregar el pleno dominio de Albarracín. Todo esto, unido al hecho de que Alfonso VIII estuviese en tierra de Madrid en octubre de 1211, permite datar el nacimiento de Pedro Fernández hacia octubre de 1191.

62. Jerónimo de Zurita: Anales de la Corona de Aragón, II, 61.

63. Publicado por Almagro, op. cit., doc. 28. Gil Garcés queda como primer receptor de los castillos de Chodas y Zalatamor (tras abonar la cantidad por la que quedan empeñados a Sancho el Fuerte) si muriese Pedro Fernández. En mayo de 1214 se perfecciona el contrato y el nombre de Garcés desaparece de las cláusulas (id., doc. 29); en doc. 30 (Tudela, 1214) Gil Garcés es mencionado como cuarto receptor en el empeño de Ródenas hecho por Gonzalo Fernández de Azagra a Sancho el Fuerte.

64. Joaquim Miret: Itinerari de Jaume I "El Conqueridor" (Barcelona 1918), p. 19, nota. Figura en un lugar muy destacado de la larga lista de asistentes, cuarto, inmediatamente detrás de su primo Pedro Fernández. El juramento tuvo lugar en Lérida, hacia el mes de agosto de 1214.

65. Demetrio Mansilla: La documentación pontificia de Honorio III (1216-1227), (Roma 1965), p. 34. 27-II-1217, Letrán: "Seguntino et sancte Marie de Barrazin episcopis et archidiacono Seguntino". El obispo de Sigüenza era hermano del propio "nobilis vir Egidius de Zagra". En noviembre de 1216 Honorio había confirmado a Sancho el Fuerte de Navarra la posesión de varios castillos en la frontera aragonesa con el norte de Valencia (Almagro, doc. 34) adquiridos "laboribus et expensis", es decir, probablemente por empeños de Pedro II. Olocau (del Rey), Pina de Arañonal y Mallo (ambos cerca de Fredes), Mingalbo, un Aledo que parece el cercano a Villafranca del Cid, son lugares cuya relativa proximidad a Mora hace pensar de nuevo en el navarro Garcés como posible teniente por acuerdo de las partes en estos empeños, de los que no ha quedado otra documentación (lo que invita a suponer que no fueron desempeñados, sino perdidos por Sancho frente a los musulmanes).

66. Zurita: Anales... II, 68; Garcés no secunda a Pedro Fernández de Azagra, que por entonces está en guerra con Jaime I.

67. En el original de la infeudación se conserva su sello junto a los del arzobispo y el cabildo toledano.

68. Miret, op. cit, p. 56: "...in obsidione Peniscole", 3-IX-1225.

69. Regina Sáinz de la Maza: La orden de Santiago en la Corona de Aragón. La Encomienda de Montalbán (1210-1327), (Zaragoza 1980), doc. 11; 1226, agosto, 28. Teruel. "Egidius Garcez de Açagra" figura en lugar muy destacado, sólo precedido por el obispo de Zaragoza.

70. Ibidem, doc. 12; 1228, agosto. Lérida. Encabeza la lista de testigos en el pergamino original de la promesa, escrita en castellano, que hizo la condesa Aurembiaix de Urgel de enterrarse en tierra de la Orden.

71. La de "Jil" suena como la jota castellana; el apellido se escribe a menudo Garsie o Garçia, apto para verterlo con la shín del texto; en el documento de 1228 el nombre se escribe "Gil Garciez d'Azagra"; en 1211, Garciaz. "G.r.si.s" sería un buen aljamiado para cualquiera de ellos. Bejís podría ser uno de esos castillos en la frontera musulmana que según el documento papal de 1217 entregó Pedro II a Gil de Azagra. En febrero de 1211 Pedro II estaba muy cerca de Bejís, ante Jérica, y quizás se hizo entonces con la plaza junto con Pina de Montalgrao, probablemente la "Pinna de Jahya" que lee Almagro en el privilegio de Pedro II a Rada de abril de 1211.

72. Publicada fragmentariamente por Muhammad b. Sarifa: Abu'l-Mutarrif Ahmad b. Amira al-Majzumi hayatutu wa ataruhu (Rabat 1966), pp. 92-93. Ver también Emilio Molina López: Ceyt Abu Ceyt (Almería 1977), pp. 24-25, 59-60; Muhammad b. Sarifa: "Relaciones entre Ibn al-Abbar e Ibn Amira de Alcira", en Ibn al-Abbar. Actes del Congrés Internacional "Ibn al-Abbar i el seu temps" (Valencia 1990), pp. 95-96. Sarifa transcribe "Julio Garcés". Molina habla de "Garcés". Abd Allah, hijo de Abuceit, cortó desde Jérica los suministros a Bejís, y cuando los sitiados comenzaron a sufrir privaciones llamó a su padre, que desde Valencia, pasando por Segorbe, compareció para el asalto.; por cierto que Roque Chabás ("Çeid Abu Çeid", en El Archivo V, Valencia 1891, pp. 143-166) malinterpretando a Codera, invirtió los términos de este suceso, y tras él muchos estudiosos. En 1232 Pedro Fernández de Azagra, a la sazón aliado de Abuceit, dominaba Bejís (Peregrín-Luis Llorens: "Catálogo de pergaminos del archivo de la S.I. Catedral de Segorbe", doc. 1, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, t. LXXII, 1-2, Madrid 1964-1965, p.34), con Juan González de Heredia como alcaide.

73. La carta de Ibn Amira describe el asalto y toma de Bejís: "....al amanecer, se prepara la gente ocupando sus posiciones, y Dios hace que los herejes aparenten menor número en sus ojos, alrededor tan solo de treinta. Los buenos arqueros lanzan sus flechas con puntería en los objetivos, mientras otros se acercan a la muralla, de donde reciben piedras, convencidos de una victoria segura. Cuando los herejes son conscientes de la crudeza de la batalla, se rinden" (Traducción de Gamal Saleh Abd Ou). Molina (supra, p. 25) menciona "una terrible matanza" de aragoneses tras la captura de la plaza.

74. Aurea Javierre Mur: Privilegios reales de la Orden de Montesa en la Edad Media (Madrid, s.f.), nº 51. 1235, enero, 2. Burriana ("Anno domini M.CC.XXX quarto").

75. Junto con el documento de Deza y la infeudación de Toledo, el testamento de "domna Tota Ladro uxor quondam Egidii Garcez" es básico para el estudio de los Azagra de Mora. Martín Almagro, que no lo conocía, trazó la semblanza de un solo Gil Garcés cuya vida activa se extendía entre 1211 y 1270 como mínimo (Almagro, pp. 216-221). Fue publicado por Ambrosio Huici: Colección diplomática de Jaime I, el Conquistador, t. I (Valencia 1916), doc. CLXXXI. Toda lega cien maravedíes alfonsinos a Teresa Gil (de Vidaurre), luego esposa de Jaime I; un parentesco entre ambas se deduce del hecho de que Pedro Ladrón de Vidaurre era sobrino carnal de Toda; no damos a Gil Garcés de Azagra por padre de Teresa Gil porque suponemos que la filiación de esta esposa real está bien contrastada.

76. John England: El Conde Lucanor: A Collection of Mediaeval Spanish Stories (Warminster, s.f.), p. 260. No se ha logrado identificar convincentemente al conde leproso Rodrigo el Franco con ningún personaje del siglo XIII. Tampoco cabe un enlace con la casa real navarra. La recreación literaria prima con mucho sobre el rigor histórico. Para un estado de la cuestión, v. Daniel Devoto: Introducción al estudio de Don Juan Manuel y... el Conde Lucanor (París 1972), pp. 445-449, que recoge entre otros la crítica del texto hecha por Salazar y Castro: Historia genealógica de la casa de Lara (Madrid 1694-97), T. III, lib. XVIII, p. 247 y ss). Ninguno de ellos sabe quién fue Gil de Azagra.

77. Algo más tarde, a mediados de siglo, aparece otra Serrella en la región de Alcoy, muy en el interior del reino de Valencia.

78. Fragmentos de las cartas de Ibn Amira han sido publicadas en árabe por Muhammad b. Sarifa, op. cit.

79. En julio de 1228 Abuceit marcha contra el rebelde Ibn Hud de Murcia y sale derrotado; quizás es entonces cuando envía el mensaje a Roma.

80. Datos biográficos en Emilio Molina López: Murcia y el Levante español en el siglo XIII (1224-1266). Resumen de tesis doctoral (Granada 1978), pp. 20-21. Cfr. al-Maqqari: Nafh at-Tib, t. II (ed. Ihsan Abbas, Beirut, 1968), p. 66.

81. Ibn al-Abbar: al-Muqtadab min kitab Tuhfat al-Qadim (El Cairo / Beirut 1982). Ed. de Ibrahim al-Abyari,  p. 195.

82. Al-Idrisi, op. cit., p. 290.

83. En favor de la identidad de ambos topónimos está también la difícil reducción de S.zal.h a nombres de esa zona. La única opción que conocemos, Cella, es muy forzada por su emplazamiento, sobre todo si el texto es posterior a 1210.

84. En el documento 35, fechado en Piedra el año de gracia de 1222 (Almagro lee o transcribe mal la fecha, y para Angel Cañellas es de 1224), se alude a una futura marcha de Pedro Fernández a "terra sarracenorum". Por lo que se sabe de otro noble como Blasco de Alagón en esas fechas, así como por la delicada situación de las relaciones entre Albarracín y Aragón, sería apresurado colegir que la marcha fue de carácter hostil. En todo caso, reaparece en Albarracín en 1223. En noviembre de 1227 Fernández hace testamento "por si de mi deviniere la muert en esta carrera que io fago", y en marzo del año siguiente está en Toledo.

85. Huici, Colección diplomática, doc. cit., pp. 278-279. El rey Jaime dona a Toda mil maravedíes alfonsinos para fines piadosos "por los muchos servicios que constantemente nos hizo" (p. 279) y en su testamento de 1242 (id., doc. CCXXXVIII, pp. 347-348) dispone que se saquen de las rentas de Barcelona y Valencia, "pro remedio anime domne Tode Ladro".

86. El 13 de junio de 1238 la entrada 379 registra donaciones de casas en Valencia a Marti Garceç, Egidius Garceç y Gil, tal vez padre e hijo. Por demás, en el testamento de 1238 Toda hereda al hijo con las casas de un "Abinsalino" (sic, en lectura de Huici) "in termino Valencie" que había pedido y obtenido Toda de Jaime I; en enero de 1239 Jaime da a Gil todas las posesiones de "Abinsalbo", "infra civitatem Valencie et toto suo regno" (entrada 1047), ampliando la donación; ahora bien, en 1260 le da todo Perpuchent en compensación por Planes, que no le entregó a su tiempo a pesar de que "Abinçelm" poseía allí grandes propiedades; el documento, que no hemos podido leer, dice, al parecer, que esas donaciones habían sido prometidas al padre de Gil, cuando el testamento dice que las solicitó Toda, pero sólo "in termino Valencie". Si el Gil de 1239, sucesor de su homónimo ya fallecido, es padre del de 1260, habría tres dinastas; pero no podemos concluirlo por ahora. Sobre Gil Garcés en el repartimiento de Valencia, ver Antoni Ferrando y otros: Llibre del repartiment de Valencia. Introducció, transcripció, etc. (Valencia 1978), índice, esp. Açagra, Gil de; Garces, Egidius; Garçes de Açagra, Egidius; Garcez, G.; Garcez, Gil. También la entrada 550, por la que Abuceit recibe diversos bienes de "Abdela Abensalbo" el 28 de julio de 1238; esto dataría post quem la donación a Toda Ladrón y el testamento de ésta.

87. Sáinz de la Maza, op. cit., doc. 23 (1242); Miret, op. cit, pp. 196 (1249), 214, 216-217 (1251).

88. A.H.P. de Teruel, carpeta A, doc. 6. 12-IV-1252 [Mira]. El concejo de Teruel y el de Mira hacen hermandad sobre prendimientos tal como Mira la tenía con Moya; señor de Mira, "don Gil Garcéz"; señor por su mano, García de Alvero, posterior albacea testamentario de Garcés.

89. Baltasar Caballón de la Carrera: Fundación de Moya y su antigüedad (manuscrito de 1625 en el Archivo de la Real Chancillería de Granada, Perg. 36), f. 3rv, en nota. De 1252 parece datar el amojonamiento y entrega a la Orden de Santiago de la Torre de don Alonso, en Moya (Iradiel, a. c., doc. 39).

90. Miret, op. cit, pp. 270 ("Datum Dertuse X calendas februarii anno Domini MCCL septimo") y 299 ("XV calendas aprilis anno Domini MCCL nono"); antes, en 1256, confirma una donación en Calatayud (p. 252).

91. Antonio Ballesteros: Alfonso X el Sabio (Barcelona 1984), pp. 349-350. 1263, mayo, 3. Lérida. Publicado en A. Huici y M.D. Cabanes: Documentos de Jaime I de Aragón, V (Zaragoza 1988), doc. 1319. La comisión es de seis personas, tres por cada reino.

92. "Fuese el Rey á Sevilla, y estando allí embio su flota sobre Cartagena con Rui Lopez de Mendoza su Almirante, y por tierra a Don Gil Garcia de Azagra, y a Diego Lopez Salcedo Merino mayor de Castilla, con mucha gente de a cavallo y de a pie, y a los Concejos de Cuenca, y de Alarcon, y de Alcaraz, y de toda esta comarca hasta Chinchilla, los quales entraron poderosamente en el Reyno de Murcia, y llegaron a Cartagena, donde hallaron ya surgida (sic) la flota de Rey". Francisco Cascales: Discursos históricos de Murcia y su Reyno (Murcia 1775), p. 29. Tal vez tuvo Garcés en La Mancha el lugar de Gil García, hoy Villagarcía del Llano, en el límite de Cuenca con Albacete, cercano a las tierras (Fuentealbilla) de Gonzalo Ruiz de Atienza, señor también de Boniches, con quien aparece varias veces asociado.

93. Cfr. Manuel González Jiménez: Diplomatario andaluz de Alfonso X (Sevilla 1991), donde confirma 14 documentos entre el 22-IV-1266 y el 15-VII-1272, apareciendo siempre entre el adelantado de la frontera Diego Sánchez de Funes y el aragonés Pedro Cornel.

94. Llibre dels fets del rei en Jaume, ed. de Jordi Bruguera, t. II (Barcelona 1991), p. 391 (nº 481, y ver nº 480). Jaime I salió de Toledo y pasó por Illescas, Adamuz (luego despoblado en término de Cobeja), Uclés, Moya, Alpuente y Chelva hasta Valencia; el 14 de enero signó un documento en Alpuente y tres en Chelva; el día 12 había otorgado un privilegio sin seña de lugar, tal vez porque se encontraba todavía en Castilla, en Moya.

95. A.H.P. de Teruel, carp. A, doc. 26. Teruel, 1269. Se trata de un pleito entre el concejo turolense y don Pedro Aznarez sobre la posesión de Rubielos. Los árbitros citan a ambas partes en Sarrión, adonde no comparece el noble, no sintiéndose seguro en un lugar del alfoz de Teruel. El escudero que envía en su nombre intenta concertar una nueva reunión en suelo neutral, y propone Fuenseca o Mora. La parte turolense se aviene y acepta la Mora de Gil Garcés, que aparece expresamente mencionado en el documento: "en la villa de mora que es de don Gil garcez dazagra".

96. Cascales, op. cit., p. 45, donde dice que fue a él "a quien principalmente fue cometido el repartimiento" de los pagos o aldeas. Transcribe también varios documentos reales confirmados por Garcés. En p. 37 copia una lista de nobles beneficiados en el Repartimiento de Murcia. El primero, "Don Gil García de Azagra".

97. José Ramón Castro: Diputación General de Navarra. Catálogo del Archivo General. Sección de Comptos. Tomo I (Pamplona 1952), doc. 402. 23-IX-1272, Munilla. Se concierta el matrimonio del heredero navarro con Yolanda, hija de Alfonso X, y una alianza entre los dos reinos. Este pacto salvó a Alfonso ante la inminente llegada a Navarra de los nobles castellanos rebeldes; lo resume Ballesteros, op. cit., p. 578.

98. Crónicas de los Reyes de Castilla, ed. Cayetano Rosell, t. I (Madrid 1953), p. 23; es el tercero de un total de ocho, y primero entre los que no pertenecen a la familia real. También es mencionado entre los de máxima confianza del rey en p. 20.

99. El infante era mayordomo del rey desde 1260, con cinco años de edad; por otra parte, Garcés no cambia de posición en los escatocolos desde 1266, ni siquiera en 1272 cuando es mencionado varias veces como mayordomo.

100. Ver, p. ej., Miret, op. cit, pp. 485-487; sobre todo, Almagro, op. cit., doc. 56. Valencia, 1-VII-1273: "...como el noble Gil Garcés de Azagra, ya fallecido, mandaba en su última voluntad que se vendieran sus castillos y todos sus bienes para pagar sus deudas y reparar sus faltas... ", Jaime I autoriza la venta de Mora, de la que, sin embargo, disponía en 1275 cuando la dio a su hijo Jaime de Jérica; J. Martínez Ortiz: Referencias a Teruel y su provincia en los documentos de Jaime I el Conquistador (Teruel 1960), nº 333; Aurea Javierre, op. cit., n. 134. Parientes más o menos cercanos, tanto en el lado Azagra (García Ortiz) como en el Ladrón (Pedro Ladrón), iniciaron una serie de litigios contra los albaceas, que eran García de Alvero, Portolés de Foces, Rodrigo Jiménez de Heredia y Arnau de Castro. Estos incoaron a su vez otro pleito ante el rey contra el comendador del Hospital de Calatayud, que se había apoderado de los bienes que don Gil tenía en Barbastro. En el siglo XIV se sigue pleiteando por la herencia de Garcés.

101. El 10-II-1274 Alfonso X otorga casas en Murcia y la alquería de Ceutí, propiedades que habían sido de Garcés (Juan Torres Fontes: Fueros y Privilegios de Alfonso X al Reino de Murcia, Murcia 1973, doc. CXXXIII y nota 4 de p. 147).

102. Santa Cruz se menciona como frontera del reino de Valencia en los Furs de 1251 y en los de Jaime II del siglo XIV, sin especificar si pertenece a Aragón o Castilla.

103. Cfr. Gerardo González, op. cit., p. 252: "El Concejo y Regidores y Justicia de esta Villa de Moya viendo que el principal heredamiento de los vecinos de ella es las viñas que tienen en Santa Cruz y donde mas provecho reciben...", redactan unas ordenanzas para Santa Cruz en 1522.

104. Cavanilles, op. cit., p. 42: "Y no es éste [las inundaciones del Turia] el mayor mal que sufren estos labradores, sino la triste suerte de ser meros arrendatarios. No teniendo seguridad de conservar por muchos años los campos que cultivan, carecen de estímulo para mejorarlos de un modo sólido y permanente. De ahí es que aunque logran terrenos fértiles, aguas abundantes, y diversas posiciones aptas para variar los frutos, todos son pobres, y muchos miserables".

105. Real Academia de la Historia, Col. Abella, t. XXIX, f. 71v (legajo II 6). El paso de las maderadas por Santa Cruz fue un permanente punto de conflicto entre los dos reinos (siglo XIV especialmente), jalonado de abusos mutuos.

106. El Rincón abandonó los fueros aragoneses y turolenses. No obstante, en todos los aspectos la zona era afín al reino de Aragón y no al nuevo ámbito valenciano. Sobre Castiel, v. Burns, R.I.: Moros, cristians y jueus..., (Valencia, 1987), pp. 291-92. El privilegio original en A.C.A., reg. 19, fol. 24, 24-VI-1273. Sobre Arcos, v. A.H.P. de Teruel, carp. A, doc. nº 27 de 7-VI-1269; y también carp. A, doc nº 29 de 6-II-1270. Sobre Arcos y la sal véase también a Burns, op. cit, p. 228 y ss. Todos estos hechos consagraron el aislamiente administrativo del territorio que perdura hasta hoy.