Capítulo IV

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1. ALGARRA RAFEGAS, A.- Serie Conquenses Ilustres, "Andrés de Cabrera", en 0FENSIVA, nº 4781 (6/7/63).

2. ALMONACID CLAVERÍA, J.A.- "De Huete a Cuenca con los Almohades en 1172 (Antecedentes para la conquista de Cuenca)", en CUENCA, nº 28. 1986; págs. 7-38.

El asedio de Huete por los almohades en el verano de 1172, narrado con lujo de detalles en "Al-Mann Bil-Imamá", de Abú Marwán Abd al-Malik ben Muhammad ben Sáhib al-Salá, y su retirada, pasando por Cuenca hacia Requena, y a través de la tierra de Moya. A destacar la posible presencia de Abú-I-Walid ben Rusdies, que no es otro que Averroes, pág. 12, y nota en pág. 15, circunstancia por primera vez advertida en el trabajo de M. M. Antuña, que citamos a continuación.

3. ALMONACID CLAVERÍA, J.A.- "La Kura de Santavería: estructura político-administrativa", en CUENCA, 1987/II, págs. 7-49, o bien un resumen del mismo en Actas I C/M, Tomo V, págs. 5-20.

Imprescindible para una visión general de la zona en tiempos de la dominación musulmana. De éste trabajo, y del anterior, obtenemos las fuentes más directas a tener en cuenta, que son: E. Molina López, "Una descripción anónima de al-Andalus: El Dikr", Madrid, 1983; Al Qalqasandi, "Subh al-asa fi kitabat al-insa", Valencia, 1975, trad. de Seco de Lucena; Ibn Hayyan de Córdoba, "Crónica del califa Abdarrahman III an-Nasir" (al-Muqtabis), Zaragoza, 1981, trad. de Viguera-Corriente, o bien Guraieb, en C.Hª.E., XIII, 1950; F. de la Granja, "La marca superior en la obra de al-Udrí", Zaragoza, 1966; "Ajbar Machmuâ fi fath al-Andalus", trad. de Emilio Lafuente, Madrid, 1867; Gamal abd al-Karim, "La España musulmana en la obra de Yaqut (s. XII-XIII)", en CUADERNOS DE HISTORIA DEL ISLAM, nº 6; Abu Marwan Abd al-Malik ben Muhammad ben Sahib al-Salá, "al-Mann bil-Imama", por Huici Miranda, Valencia, 1918, o bien "Campañas de los Almohades en España", de Melchor M. Antuña, en RELIGION Y CULTURA, XXIX, págs. 53/67 y 327/343, y XXX, págs. 347/373, Madrid, 1935. El estudio de estas fuentes ofrece las suficientes sugerencias como para iniciar un trabajo de campo sistemático. Están en el aire topónimos como Alcalá de la Vega (al-Qala), Landete (Landit), Garaballa (Bury-Kaballa) y otros, cuya cita en las crónicas parece confirmada. No descartamos ninguna hipótesis.

4. ÁLVAREZ DELGADO, Yasmina.- "Repoblación y frontera en la Sierra Baja de Cuenca", en Actas I C/M, Ciudad Real, 1985, tomo V, págs. 145-151.

Magnífica síntesis del estado de la cuestión. Hace un repaso de todos los núcleos de repoblación del Marquesado tomando como base el primer libro de visitas del obispado de Cuenca, año 1583, y el recuento de Mateo López, y utiliza los datos de Julio González, Ureña, Moxó y los suyos propios, entre los que cuenta el trabajo de campo que realizó en las excavaciones. Véase también G. Ibáñez de Segovia, Julio González, Salvador de Moxó, Espoille de Roiz, Pastor de Tagneri y el Atlas de Castilla La Mancha. Maneja Yasmina extenso repertorio documental que generosamente puso a nuestra disposición, y que todavía no hemos podido analizar debidamente.


5. ÁLVAREZ MARTINEZ DEL PERAL, José Mª.- Serie "Conquenses ilustres", conjunto de artículos publicados en EL DIA DE CUENCA, entre 1926 y principios de 1929, y serie "Apellidos conquenses", que es continuación de la primera, hasta principios de 1930.

Tenemos a Micer Gómez de Albornoz en el nº 1508 (2/10/26), de nuevo publicado en OLCADES, vol. III, fasc. 15, págs. 115-117; Alvar García de Albornoz (19/10/26), de nuevo publicado en OLCADES, vol. III, fasc. 16; Antón Martín, natural de Mira, en el nº 1547 (17/11/26); Jaime de Castilblanque, el industrial de Salvacañete (ver Larruga Boneta, vol. XIX), en el nº 1598 (21/1/27); Andrés de Cabrera en el nº 1602 (26/1/27), y 1603 (27/1/27); Ruperto Navarro Zamorano en el nº 1635 (5/3/27); Juan Molina, ilustre franciscano de Landete, ver "Crónica de la Provincia franciscana de Cartagena", parte III, libro II, cap. XXV, en el nº 1840 (22/11/27); Fermín Verlanga Huerta en el nº 1953 (11/4/28); Diego Roque López Pacheco, marqués de Villena y Moya (véanse Hanke, Gutiérrez de Medina y el Duque de Alba) en el nº 2031 (21/7/1928). De la serie “Apellidos Conquenses” resaltamos Albornoz, nº 2456 (22/12/29); Cavallón, nº 2508 (25/2/30); Valenzuela, nº 2513 (2/3/30); Muñoz, nº 2517 (8/3/30); Romero, nº 2552 (20/4/30).


6. ANDRÉS, Gregorio de.- "La biblioteca del Marqués de Villena, Don Juan Manuel Fernández Pacheco, fundador de la Real Academia Española", en HISPANIA, nº 168, 1988; págs. 169-200.

Extenso fondo compuesto por varias aportaciones, en primer lugar la biblioteca del marqués de Moya, véase Vicente Castañeda, que pasa a formar parte de los bienes patrimoniales de la casa Pacheco-Girón, Marqueses de Villena y Duques de Escalona, a raíz de la primera fusión familiar, matrimonio de Luisa Bernarda Cabrera y Bobadilla con Diego López Pacheco, III marqueses de Villena y Moya. Es la siguiente aportación el tío de don Juan Manuel, obispo de Cuenca don Juan Francisco Pacheco, que se hizo cargo del joven marqués a la muerte de su padre, don Diego Roque, de sobra conocido. Cuéntase del obispo extensa erudición, además de su magnificencia cortesana y hermosura física, véase Muñoz y Soliva, Obispos, págs. 313-315. En cuanto a Don Juan Manuel, véase nuestras notas a “Retrato del buen Vasallo”, y Fernández de Bethencourt, “Historia Genealógica y Heráldica”, tomo II, pág. 263 y ss., asi como Emilio Cotarelo y Mori, "La fundación de la Academia española y su primer director D. Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena", en B.R.A.E., tomo I, 1914, págs. 1/38 y 89/127, con varias fuentes de información esenciales. Véase también el “Memorial del Marqués de Villena”, en las primeras páginas del "Diccionario de Autoridades", Madrid, 1726, y F. Gil Ayuso, "Nuevos documentos sobre la fundación de la Real Academia Española", en B.R.A.E., XIV, 1927, págs. 593/599. Fue la biblioteca ligada al mayorazgo del Marquesado de Villena, de modo indiviso, por testamento de D. Juan Manuel, leg. 14.848, notario Eugenio Martínez Noguerol, Arch. de Protocolos de Madrid, y no resulta difícil seguir su trayectoria histórica y sucesivas aportaciones hasta su disolución a principios del presente siglo, en que es enajenada por los duques de Frías, herederos del título, y de la biblioteca. Es aquí donde surgen las mayores dificultades para su localización, debido a su irregular dispersión entre una pléyade incontrolada de pequeños bibliófilos, en su mayor parte pertenecientes a la tertulia de trastienda de D. Pedro Vindel, librero de Madrid del que ya hemos hablado, y a quien hemos de volver, véase Vicente Castañeda. Pasó la biblioteca de Don Juan Manuel a sus inmediatos descendientes, Mercurio Antonio y Andrés Luis. Del testamento de este último hace Juan de Iriarte una "Lista de los Principales Manuscritos de la Librería de los Marqueses de Villena. Sacada de la Hijuela Authentica de los bienes que quedaron por muerte del Marqués Don Andrés Pacheco, en 9 de Octubre de 1748. Por la tarde por mí mismo", que se conserva en la Biblioteca Bartolomé March, Madrid, signatura 16/1/7. Destacamos de esta interesante relación un asiento en la 4ª página que dice "Bartolomé Ferrer: Descripción de la Villa de Moya y su tierra. 1 tomo. Tassado en 6 Rs". Véase también leg. 14.859, fº 1041, y leg. 14.860, fº 663v, Arch. de Protocolos de Madrid. Se trata, no nos cabe duda, de Bartolomé Ferrer Pertusa, cura de Olmeda de la Cuesta y oriundo de La Laguna del Marquesado, Moya, matemático y geógrafo, autor de la magnífica "Chorografia del Obispado de Cuenca" que cierra la clásica "Vida de San Julian", del P. Bartolomé Alcazar, quien por cierto es también miembro fundador de la Real Academia, al igual que D. Juan Manuel. No hay más datos que los reseñados, y no por falta de intención, ya que en la última página dice Iriarte que "La memoria o nómina authentica de que saqué esta Lista esta muy diminuta en las noticias de los Authores y sus obras, y para hacer una memoria puntual de ellos sería preciso reconocer los mismos Mss. cuya gracia solicitaré con el Marqués actual Don Juan Pacheco". No nos consta que realizara sus propósitos.

Fue Don Juan Manuel importante personaje de la corte de Felipe V. Había optado claramente por la dinastía francesa en la Guerra de Sucesión, lo que le valió el favor del rey, véase Col. Salazar, carta de don Juan Manuel a su hijo Mercurio, en la que trata de la situación de España y sus gobernantes, Nápoles, Julio de 1705, 9/647, ff 81 y 81v. Herido en la toma de Buda (1679), sería luego hecho prisionero en Gaeta por los austriacos, y canjeado en 1711 por dos generales ingleses capturados por su hijo Mercurio en la batalla de Brihuega. Era uno de ellos nada menos que James Stanhope, militar y político británico de amplísimo historial, conocido en España por la conquista de Menorca, 1708, su importante papel en la defensa de Barcelona contra las tropas de Felipe V, y la ocupación de Madrid en 1710. Poco después sería hecho prisionero en Brihuega. Hay edición de su correspondencia, "Spain under Charles II", London, 1844, que no conocemos, y debe ser de lo más interesante. En clara adhesión a la cultura francesa, funda don Juan Manuel en 1714 la Real Academia Española, a imitación, de la que es primer director. Su hijo Mercurio y su nieto Andrés Luis serían 2º y 3º en el cargo, además de prestar su casa de la plaza de las Descalzas Reales para sede de la misma. Era la Real Academia Española la lógica cristalización de una de las tertulias eruditas de la España preilustrada que, en parte gracias al calor y protección prestadas por el infante D. Juan José de Austria (1629-1679), hijo bastardo de Felipe IV, constituyeron quizá el último reducto de una cultura mortecina y esclerótica, véase López Piñero, "Ciencia y Técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII", Barcelona, 1979, Las Instituciones científicas, págs. 388/392, y abundante información del infante en La Historia de España, de Menéndez Pidal, vols. XVI, XVII y sobre todo el XVIII. Obligado parece relacionar al marqués de Villena con este enigmático y apasionante personaje activamente interesado en muchos saberes, entre los que se incluyen la física y astronomía. Fue también práctico en anatomía y disección, aficionado a la mecánica y fabricante de aparatos, pasión que debió compartir con él D. Juan Manuel Fernández Pacheco, quien deja en testamento algunos instrumentos científicos, véase por ejemplo el testamento de Mercurio Antonio, el primogénito, en el citado protocolo 14.860, ff 327v a 335v, donde se relacionan telescopios, microscopios, astrolabios, círculos graduados, un pantómetro, escuadras, compases diversos, globos terráqueos, mapas, etc. No es aventurado suponer la sintonía cultural e ideológica, si no el mutuo conocimiento y amistad, a juzgar por el brillante panegírico en verso latino que dedica Gonzalo Navarro Castellanos a los primeros marqueses de Moya en el “Retrato del Buen Vasallo”, véase, previo a las loas de Alvar Gómez de Ciudad Real. Había sido Navarro preceptor del infante, y su presencia en el libro crucial de la familia ofrece pocas dudas sobre la connivencia entre D. Juan Manuel y D. Juan José de Austria, como queda confirmado en 1684 con la edición póstuma de una importante obra crítica de Castellanos, llamada "Discursos políticos, y morales....contra los que defienden el uso de las Comedias Modernas...", Madrid, I y II Parte, que ni corto ni perezoso dedica al Marqués de Villena y Moya, D. Juan Manuel Fernández Pacheco. Es más, viene claramente reflejada en pág. 5 la estrecha relación que une al maestro con D. Juan Manuel, ya que al cesar en su cargo docente cerca de Juan José de Austria es encargado por el obispo Pacheco, su tío y preceptor, hermano bastardo de D. Diego Roque, para ocuparse de la educación del joven, yendo a suplir en la corte de Escalona las carencias de su horfandad y no sólo, pues también restaura y fortalece la casa, y muere allí mismo en 1682, a los 66 años. Era por tanto la persona indicada para hablar de su pupilo, y aun guiar a Pinel y Monroy en multitud de cuestiones, además de influir poderosamente en la formación del futuro fundador de la Real Academia Española. Véase referencia de la escasa obra de Navarro Castellanos en el Ensayo de B.J. Gallardo, tomo III, pág. 959, aunque no es extraño encontrar referencias a su Discursos en estudios acerca del teatro español del XVII. Protegió D. Juan José de Austria todo cuanto se movía con pretensiones de modernidad en aquel siglo oscuro y santurrón, en nada comparable a la centuria anterior y sólo parcialmente rescatado de la barbarie gracias al impulso de ciertos movimientos culturales del último tercio, en primer lugar los Novatores, que abrieron camino a la Ilustración y gozaron del favor del infante, quien además intervino activamente en las convulsiones políticas del reinado de Carlos II con muy poca fortuna, por otra parte. Importante aunque tardía figura del movimiento novator fue D. Gregorio Mayáns y Siscar, que curiosamente rechaza un puesto en la Academia argumentando que "...hoy la Academia es una junta de ignorantes y por tal está tenida en la Corte y fuera de España", en tiempos de D. Mercurio, sucesor de su padre en el cargo de director, véase J. L. Abellán, "Historia Crítica de Pensamiento Español", Madrid, 1981, Tomo III, pág. 413. Pinel y Monroy dedica también su libro, con ánimo agradecido, a D. Juan Manuel Fernández Pacheco, de quien tenemos tres retratos en la Sección de Estampas y Bellas Artes de la Biblioteca Nacional, signatura B 661 (1, 2 y 3) de la “Iconografía Hispana” de Páez, dos de ellos reproducidos en Josefina Mateu Ibars, "Iconografía de Virreyes del reino de Sicilia...SS. XV-XVIII", tomo II de “Meditterraneo Medievale. Scritti in onore di Francesco Giunta”, 1989, láms. XV y XVI. Puede verse una relación completa de la biblioteca del marqués de Villena en el protocolo 14.859, ff 49 a 1047v, y en el 14.860, libros en ff 337 a 657v, y manuscritos en ff 657v a 666, Archivo de Protocolos de Madrid.

7. BENEDICTO SACRISTÁN, José.- Se trata, sin duda, del más importante y prolífico divulgador de Moya que tenemos, bien que orientado su trabajo, fundamentalmente, a los asuntos relacionados con la Virgen de Texeda y el culto mariano en general, aunque no desdeña otros temas que aborda con honestidad y pluma encendida, que le convierten en el más apasionado defensor de la causa moyana.

Artículos en El Día de Cuenca:

"Tejeda, eje cultural del Marquesado de Moya" (27/6/1989), se repite en Las Provincias de Valencia (1/7/1989); "Se cumple un doble centenario" (12/8/1989); "Los peregrinos acuden un año más al Santuario" (13/9/1989); "Declaración de bienes de interés cultural" (1/12/1989); "Creado el escudo heráldico que identifica al pueblo" (19/12/1989); "Los Santos Inocentes" (26/12/1989); "Nuevo Septenario para el lejendario Marquesado" (7/2/1990); "Santerón desde 1183" (23/5/1990); "El Cristo de la Caida" (8/6/1990); "Moya cada 7 años" (13/6/1990); "Celebración del Septenario" (1/8/1990); "Moya prepara su 51 Septenario" (22/8/1990); "Se cumplió la promesa" (27/9/1990); "Valencia con la Virgen de Tejeda" (29/9/1990); "El año de la Virgen de Tejeda" (4/1/1991); "Moya, el Ave Fenix de la Serranía de Cuenca" (23/5/1991); "Restauran el Patrimonio de C.L.M." (5/6/1991); "Lienzos del Siglo XVII y XVIII restaurados por la Politécnica de Valencia" (21/7/1991); "La Virgen volverá a Tejeda" (8/8/1991); "Cita en el Santuario de Tejeda" (14/8/1991); "El Septenario de Santerón" (28/8/1991); "El sol no brilló en la zona de Tejeda" (28/8/1991); "La Orden Benedictina en Tejeda" (19/9/1991); "La Politécnica de Valencia con Tejeda" (21/9/1991); "El Monasterio de Texeda se restaura por iniciativa valenciana" (14/5/1992); "La cita es hoy en Tejeda" (14/8/1992); "Moya cada 7 años" (8/6/1993); "La joven orquesta de Cuenca actua hoy en Texeda" (14/8/1993).

Artículos en El Día Semanal:

"Fiestas en honor al Cristo de la Caída" (28/5/1992); "La luz se hizo en Tejeda un 14 de Agosto" (5/8/1992); "Texeda siglo y medio de letargo" (24/6/1992); "Un moteño en la silla episcopal de Segorbe" (10/2/1993); "Religiosidad popular. Exvotos en el Santuario de Texeda" (16/3/1993); "Tondos, La Almarcha y Texeda recuperan su patrimonio cultural" (27/5/1993); "Marco Pérez, centenario a tres años vista" (14/9/1993).

Artículos en Diario de Cuenca:

"El día que ardió la Imagen de la Virgen" (16/9/1983), y "Documentos y tradiciones sobre la Virgen de Tejeda" (23/9/1983).

En Las Provincias, de Valencia:

"Presencia benedictina en el Monasterio de Tejeda" (19/11/1991), y el ya reseñado de (1/7/1989).

Varios trabajos en el boletín Moya, de la Asociación Amigos de Moya, véanse.