Capítulo III

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1. ADALID ARGUDO, Carlos, y CALVO PELAEZ, J. Mª.- "Estudio previo del Monasterio de Nuestra Sra. de Texeda en Garaballa (Cuenca). Primera fase: “Estudio pormenorizado. Zona cubierta de la iglesia". Tomo I: Memoria, 223 págs.; Tomo II: 36 fotografías y 26 planos. Trabajo de Fin de Carrera, nº 3127. Enero de 1990. Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica. Univ. Politécnica de Valencia.

2. ALMAGRO BASCH, Martín.- "Historia de Albarracín y su Sierra". 4 vols.

Véase Tomo II: "Albarracín musulmán. Parte primera. El reino de Taifas de los Beni Razín, hasta la constitución del señorío cristiano", por Jacinto Bosch Vilá. Teruel, 1959. Tomo III: "El señorío soberano de Albarracín bajo los Azagra". Teruel, 1959. Tomo IV: "El señorío soberano de Albarracín bajo la Casa de Lara", Teruel, 1964. Obra indispensable, en especial para el estudio del período de los Lara. Es, en algunos aspectos, el tipo de esquema que en nuestra opinión convendría a una historia de Moya.

3. ASENJO GONZALEZ, María.- "Segovia. La ciudad y su tierra a fines del medievo". Segovia, 1986; 710 págs., 5 desplegs.

Trabajo esencial para el conocimiento de las estrechas y difíciles relaciones de los marqueses de Moya con Segovia, que fue su tierra de adopción, sobre todo a partir del nombramiento de A. Cabrera para el cargo de gobernador, año 1469. De la donación a los Cabrera de 1200 vasallos en los sexmos de Casarrubios y Valdemoro tenemos cumplida relación en Mariano Grau, Un pleito secular, y Pinel y Monroy, libro II, cap. XV. La existencia de este mayorazgo, que constituiría luego el núcleo del Condado de Chinchón, motivó la creación en 1499 del concejo de Navalcarnero, Asenjo, pág. 122, situado entre los sexmos en litigio, para recuperar el dominio de los terrenos baldíos del concejo de Segovia (la donación hecha por los reyes sólo establecía dominio sobre los vasallos, sin jurisdicción territorial). El nacimiento y liquidación final del Condado de Chinchón, en M. Lasso de la Vega, Marqués del Saltillo, "Historia Nobiliaria Española", tomo I, págs. 131/133. Véase también Mártir Rizo, cap. V, y Pinel, Retrato, libro III, caps. II y IV. Fue en general muy conflictiva la relación de los marqueses de Moya y sus descendientes con Segovia, ya que aparte las conocidas rebeliones instigadas por el Villena, y la rebelión del alcaide Maldonado (1476) al ser sustituido por Pedro de Bobadilla, padre de Beatriz, se registran los sucesos de 1506-7, en que después de retomar el alcázar, previamente enajenado por Felipe y Juana, son agredidos el licenciado Peralta y Diego Monte, refugiados en la iglesia de San Román, véase “El Licenciado Peralta”, de C. de Lécea entre otras fuentes que comentamos en “Retrato del buen Vasallo”; viene luego la alteración de las Comunidades, y Segovia aprovecha la ocasión para alzarse contra los Cabrera-Bobadilla, véase Colmenares, cap. XXXVII-XIV, y Gutiérrez Nieto. Al final, la condesa viuda de Chinchón entablará pleito con la comunidad por los daños causados en el alcázar, las casas de la puerta de San Juan, la suya incluida, cuya descripción nos hace el Marqués de Lozoya en "La Casa de los Marqueses de Moya", y otros destrozos en sus posesiones, Mariano Grau, "Cuando pasó el huracán de las Comunidades". Resaltamos del trabajo de Asenjo las fuentes y bibliografía, el cap. “Sociedad Urbana”, y el cap. “Relación de algunas familias segovianas hasta 1516”, en el que se incluyen no sólo los miembros de la oligarquía ciudadana, sino clanes familiares y su militancia en diferentes facciones. Hay también un cuadro de privilegios segovianos de los primeros marqueses de Moya, que luego desarrolla Pilar Molina Gutiérrez en su tesina, dirigida por Asenjo. Para el pleito de Segovia con los Condes de Chinchón, B/N Mss 6269, índice tomo XI. Es necesario ver también "La Corona y Segovia en tiempos de Enrique IV (1440-1474)", Segovia, 1995, de J. Javier Echagüe Burgos, con un completo análisis del papel de Cabrera, págs. 98/124, y por supuesto Diego de Colmenares.


4. ATLAS DE CASTILLA LA MANCHA. 2ª Ed. 1990; 130 págs. Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha. Con atlas históricos de prehistoria, repoblación, órdenes militares, geología, etc.

5. AZCONA, Tarsicio de.- "Isabel la Católica. Estudio crítico de su vida y su reinado". Madrid, 1964; 1.005 págs., 4º.

Ver cap. III: “Princesa heredera de Castilla” (1468-1474).

Claramente delimitado el papel del matrimonio Cabrera en la proclamación de Isabel.

6. BALLESTEROS VIANA, Miguel.- "Historia de Utiel". 3ª Ed. Presentación de J. Martínez Ortiz. Utiel, 1988; 792 págs.

Vasta recopilación de datos, en los que inevitablemente aparece Moya. Buena reseña de las guerras del S. XIX.

7. BENEDICTO SACRISTAN, José.- "Tejeda. Siglo XX". Valencia, 1988; 100 págs. y láms.

Acopio de noticias de los períodos más recientes del Santuario, con especial mención al hospital de campaña en la guerra civil. Tiene Benedicto el valor encomiable de adentrarse en la época menos investigada, paradójicamente. Hace un esquema del itinerario seguido por el Santuario a lo largo de los siglos. Reseña, en CUENCA, 1989/II, pág. 145.

8. BENEDICTO SACRISTAN, José.- "Vida y obra del escultor Luis Marco Pérez (1896-1983)". S/l, 1985. 240 págs. y láms. Para la abundante obra de Benedicto, remitimos al Cap. IV. Es curiosa la abundancia de artistas plásticos en Fuentelespino de Moya.

9. CANOVAS DEL CASTILLO, Antonio.- "Historia general de España". Tomo III, "La marina de Castilla". Págs. 316 a 322.

Estupenda descripción del símbolo de la excusabaraja, que no hemos encontrado mejor en otro lugar, ni siquiera en la descripción de Pinel, págs. 248/349, de la iconografía del escudo del marqués de Moya. Hay que decir que todas las ilustraciones del “Retrato del buen Vasallo” se deben a Diego de Obregón, célebre autor de portadas, retratos y estampas religiosas, autor también de las ilustraciones del clásico de la iconografía "Govierno general, moral y político, hallado en las fieras y animales sylvestres", 1658, de Andrés Ferrer de Valdecebro.

10. CARRETERO ZAMORA, J. Manuel.- "Cortes, monarquía, ciudades. Las Cortes de Castilla a comienzos de la época moderna (1476-1515)". México, Siglo XXI, 1988. 490 págs.

Dice Suárez Fernández en el prólogo de Nobleza y monarquía, que ".. regiones enteras de vital importancia para el país como Galicia y toda la orla litoral cantábrica, con el país vasco, Extremadura y la Mancha, carecían de procuradores. La imagen de las cortes no podía ser más decepcionante: 34 procuradores, en su mayoría hidalgos, no pocas veces cortesanos ...". En cuanto a representación territorial, poco ha cambiado la situación en el período que analiza Carretero, véase apéndice, págs. 425/438. Fue Andrés Cabrera procurador en las Cortes de 1500, por Sevilla, en su calidad de alcalde de las alcabalas AGS/RGS, Sevilla, 1478, Agosto 7, fº 7, Pilar Molina Gutiérrez, “La formación del patrimonio”. Su hermano Pedro era regidor en Sevilla, véase Rábade Obradó, pág. 566, y Veinticuatro, pág. 807. Puede completarse con "Oligarquía y representación en Cortes: el proceso electoral en las procuraciones de Toledo y Cuenca (1476-1515)", en Actas I C/M, Tomo VII, págs. 13-28, del mismo autor.

11. CONTRERAS, Juan de (Marqués de Lozoya).- "Los orígenes del imperio. La España de Fernando e Isabel". Madrid, México, 1966. 232 págs. Ver cap. II: La Corte, donde se hace semblanza de las personas más próximas a los reyes, en primer lugar la Bobadilla.

12. COOPER, Edward.- "Castillos señoriales en la Corona de Castilla". Junta de Castilla y León, 1991. 4 vols. de paginación correlativa, 1.715 págs.

Magnífico y documentadísimo trabajo de este inglés que conoce a fondo los archivos españoles. La mejor y más extensa guía de fortificaciones que conocemos. Moya, Cardenete, Salvacañete y Torrefuerte en vol. I.2. Bucea con bastante soltura en los linajes, e incluye un buen número de árboles genealógicos muy interesantes: Cabrera-Bobadilla, vol. I.2, pág. 904; conexión Fernando III-Don Juan Manuel-Núñez de Lara, vol. II, pág. 965; conexión Don Juan Manuel-Trastamaras-Pachecos, vol.II, pág. 1.078; Díaz de Haro-Núñez de Lara, vol. I.2, pág. 672, y muchos esquemas y linajes expuestos de forma instructiva, que ayudan a entender alianzas. Obra imprescindible que no hemos podido analizar todavía con la amplitud correspondiente. Hay que tomar con precaución su sospecha de la existencia de una fundición de artillería en Moya a comienzos del siglo XV, vol. I.2., pág. 869, nota 5. Puede comprobarse, a tenor de las fuentes citadas, que no era industria permanente.

13. CORDENTE MARTINEZ, Heliodoro.- "Cuenca Medieval (siglos IX al XIII)". Cuenca, 1981; 173 págs. Traslada las opiniones de D. Trifón sin demasiados reparos, y fija en 1200 la toma de Moya. En cuanto a la repoblación, simplemente maneja los datos de Julio González.

14. CORDENTE MARTINEZ, Heliodoro.- "Toponimia conquense". Cuenca, 1993; 205 págs., 4º. Es la toponimia un delicado asunto que requiere buena dosis de prudencia a la hora de interpretar los datos.

15. "CUENCA Y LA ORDEN DE SANTIAGO". Exposición conmemorativa de la inauguración de la Casa de Cultura. Julio, 1965. 38 págs., 32 láms. Reproducción fotográfica de algunos de los más antiguos documentos, entre ellos la donación de Avengamar de 1211. Véase Bulario de la Orden de Santiago.

16. DIAZ MARTIN, Luis Vicente.- "Itinerario de Pedro I de Castilla". Valladolid, 1975; 495 págs.

Seguimiento de los viajes, según la diplomática existente, y las crónicas de López de Ayala y G. de Zurita. Está en Moya el 21/6/1364, donde firma una famosa provisión al concejo y justicias de la ciudad de Murcia: "..et fased la mas cruel guerra que pudieredes e quantos omes tomaredes cortad los las cabeças que non finque ome de Aragon que sea tenudo que non sea luego muerto...". Archivo Municipal de Murcia. Actas capitulares, Eras 1401-1402, fº 13v. Copia de la época. El texto íntegro de esta carta lo tenemos en Francisco de Cascales, "Discursos históricos de la muy Noble, y muy Leal Ciudad de Murcia", Murcia, 1775, pág. 135, y en Salvador de Moya, “Historia Genealógica”, fasc. III, pág. 232, en portugués. Es comandante de la plaza en estos momentos Garci Fernández de Villodre, mayordomo y hombre de confianza del rey. Ver Col. Salazar, 9/852, fº 107, carta de Pedro I en la que trata de cierta merced que le ha hecho en las salinas de Monteagudo, reparos y envíos de ingenios de guerra y artillería al castillo de Moya, Octubre de 1365. En el tiempo que media entre las dos cartas citadas, avisa el Villodre al rey de la formación de un ejército de mercenarios en Aragón que a la postre habrá de cercarle en Montiel, donde muere a manos de su hermanastro en presencia de unos cuantos incondicionales: "Pero esa noche quando el Rey Don Pedro murió, fueron presos Don Fernando de Castro, e Fernand Alfonso de Zamora, e Garci Fernández de Villodre, e Gonzalo González Dávila, e otros que con el Rey Don Pedro habían salido del castillo". Garci Fernández salva su vida, quizá, por estar casado con Inés Manuel de Villena, prima de la reina Juana que era hija, como sabemos, del Infante Don Juan Manuel. Ver Moxó, "De la nobleza vieja a la nobleza nueva", págs. 189 y ss. Hay noticias del alcaide fiel en la Historia de España, de Menéndez Pidal, tomo XIV, cap. III, La Guerra Civil, con apoyo de fuentes impresas y documentales. Todo ello y otros datos de interés pueden comprobarse en la Crónica de Enrique II, Año Cuarto, 1369, cap. I, págs. 1/2 del tomo 68, B.A.E., 1877. En el año 1470 ya está al servicio de Pedro IV de Aragón, y en el 71 está en Murcia procurando la sedición, y ganarla para el aragonés, véase carta de Enrique a la ciudad de Murcia para prevenirles de la traición en las Adiciones a las Notas de la misma Crónica y volumen, pág. 54. Tenemos luego a éste enigmático y apasionante personaje en la corte de Inglaterra, con otros emperejilados (legitimistas, partidarios de la línea sucesoria de Pedro I) y formando parte del consejo de Juan de Gante, Duque de Láncaster, aspirante al trono de Castilla al casar en 1371 con Constanza, hija de Pedro I y María de Padilla, y heredera legítima por designación de las Cortes o Ayuntamiento de Bubierca de 1363, de dudosa legalidad, véase "Cortes de los antiguos reinos de León y Castilla", Parte Primera, pág. 306, y la Crónica de Enrique II, año noveno, 1374, cap. I, en pág. 22. El mismo año de 1374, en enero, tenemos al Villodre en Barcelona, véase el cap. IV del mismo tomo de la Historia de España, La Expansión Castellana, negociando la declaración de guerra de Aragón a Castilla en representación del pretendiente inglés. Nada se consigue, establecida la hegemonía de Castilla sobre todo a raíz de la batalla de la Rochela, ganada para Enrique II por la marina castellana en Junio de 1372, que inicia así un largo período talasocrático vigente hasta la Invencible. ¿Es éste el primer capítulo de un drama inacabado?. No nos resulta desconocida la secuencia guerra civil-represión-emigración forzosa-lucha legitimista. Quedará zanjada la contienda civil al casar en 1388 el futuro Enrique III con Catalina de Láncaster, hija de Constanza y nieta, por tanto, del rey Pedro, regresando con ella su madre, los exiliados, y la legitimidad tan deseada por los Trastamara, ya que Juan II será en consecuencia bisnieto de Enrique y de Pedro. Hay en la Col. Salazar, vol. 9/852, ff 105 a 109v, y 112 a 113, varias cartas y provisiones relacionadas con el Villodre de una u otra forma, en su mayoría copia de documentos del archivo de los marqueses del Carpio, que ayudan a formar cierta hipótesis sobre su papel en la guerra civil. Llama la atención una carta de Enrique II, Junio de 1369, ordenando le sean devueltos sus bienes, sólo tres meses después de la tragedia de Montiel, fº 112v, y otra de la reina Juana (Manuel), de Mayo del mismo año, ordenando se ampare a doña Inés Fernández (Manuel), mujer de Garci Fernández de Villodre, para que pueda hacer un viaje y reunirse con ella, fº 112r. Ya sabemos que eran primas. No resulta difícil imaginar la necesidad de este salvoconducto en un ambiente cargado de revanchas y deserciones.

Eran los Villodre importante familia de hidalgos de Alcaraz. Véase el interesante trabajo de Aurelio Pretel Marín, "Una ciudad castellana en los siglos XIV y XV (Alcaraz 1300-1475)", 1978, publicación del Instituto de Estudios Albacetenses. No es sorprendente que Alcaraz milite en el bando pedrista, que luego pertenezca a la reina Juana en calidad de señorío personal, y que, a caballo de los dos siglos, sea señor de la villa un mosen Enrique Cribel, extranjero, casado con Elvira Sánchez de Villodre, hija de nuestro alcaide y hermana de Catalina Sánchez, Ferrán Sánchez, Gil Fernández y Pedro Fernández, a quien su padre bautiza, evidentemente, con el nombre de su señor. Conviene recordar que Alcaraz posee el mismo fuero que Moya, es decir el de Cuenca. Nos trae Pretel la noticia de importantes documentos familiares de los Villodre en el A.H.P. de Albacete, por los que sabemos que tienen posesiones en tierras de Cuenca cercanas a Moya, y de la falta de escrúpulos de los Cribel/Villodre, que acaparan gran parte de la herencia de Garci Fernández aún a costa de los hijos de Catalina, aunque mueren sin descendencia. No así Catalina, que casa con un Luis Méndez de Sotomayor, señor de El Carpio, a cuya estirpe, que entroncará con los Haro, concederá Felipe II el título de marqués, circunstancia que explica suficientemente la posesión de estos documentos, que luego transcribe D. Luis de Salazar y Castro. Nada más sabemos del Villodre, por ahora, excepto que muere antes de 1383, por una provisión de Juan I para que sean abonados ciertos maravedís a la viuda, en recompensa de unas salinas, quizá las de Monteagudo, Col. Salazar, 9/852, fº 112v, coincidiendo con los datos de Pretel, obra citada, pág. 47: Inés Manuel ha otorgado ya testamento en 1382. Pero todo induce a pensar que Garci Fernández muere con las botas puestas, aunque sólo unos años después sus compañeros de lucha vivirían el dulce regreso, y la restitución de sus bienes. Ver también Suárez de Alarcón, Relaciones, y sin duda el interesantísimo "Don Pedro el Cruel. Biología, política y tradición literaria en la figura de Pedro I de Castilla", Madrid, 1974 y 1975, de Gonzalo Moya.


17. DICCIONARIO GEOGRAFICO UNIVERSAL. Barcelona, 1832. Tomo VI, pág. 450. Asigna 1283 habitantes a Moya, tomado de Miñano y Bedoya, y se informa de Pinel y Monroy para la historia.